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El “Hidden In Pieces Tour” de Yeah Yeah Yeahs: Una Noche de emoción y redefinición sonora en la CDMX

La noche del 30 de junio, la Ciudad de México, azotada por una temporada de lluvias históricas, recibió con una tregua celestial el inicio de una serie de tres conciertos completamente agotados de los Yeah Yeah Yeahs en el Teatro Metropólitan. Si bien los shows de la icónica banda de indie rock son legendarios por su intensidad catártica y la arrolladora energía escénica de su carismática vocalista, Karen O, esta primera fecha del “Hidden In Pieces Tour” prometía una experiencia distinta, enfocada en la profundidad emocional y los arreglos orquestales. Esa parte emocional fue, sin duda, el hilo conductor de la noche.

Casi a las 9:30 de la noche, entre luces tenues, misteriosas y oscuras, Nick Zinner, Brian Chase y Karen O hicieron su aparición en el escenario. Desde el primer momento, se percibió una energía contenida, una calma que, paradójicamente, se convirtió en el sello distintivo de este tour. Los primeros acordes de “Black Top”, ingeniosamente mezclados con fragmentos de “In Heaven” de Alan Splet y David Lynch, abrieron la velada. Le siguió “Mystery Girl”, y durante estas dos primeras piezas, el público permaneció sentado, absorto en la atmósfera envolvente.

No fue hasta “Gold Lion” que la sala entera se puso de pie, y ese espíritu punk que siempre ha caracterizado a la banda logró asomarse de alguna manera, inyectando un pulso más enérgico. Sin embargo, la calma regresaría rápidamente con el conmovedor cover de Björk, “Hyperballad”, que sumió al Teatro Metropólitan en un silencio reverente, invitando a una escucha profunda y reflexiva. “Cheated Hearts” trajo otro salto de emociones, preparando el terreno para una serie de temas como “Isis”, “Runaway”, “Skeletons” y “Spitting Off the Edge”.

Lo que hizo verdaderamente especial esta noche fue la incorporación de un ensamble que incluía contrabajo y cuerdas, dándole un toque único al tour. Este acompañamiento no solo enriqueció el sonido, sino que transformó la esencia de muchas de las canciones. “Turn Into”, otra pieza memorable de la banda, brilló con estos arreglos que la perfeccionaban, obligando a uno a prestar aún más atención a la interpretación y a la perfecta interacción de todos los instrumentos. El sonido punk de los primeros años de los Yeah Yeah Yeahs, esa ferocidad cruda que los catapultó a la fama, se quedó, por así decirlo, sentado, observando estas nuevas y enriquecidas versiones.

Entonces llegó el turno de “Maps”, el icónico tema lanzado en 2003 que marcó a toda una generación. En medio de un panorama indie rock que a menudo se inclinaba hacia la ironía o una energía más rebelde, “Maps” se destacó por su profunda sinceridad emocional. La poderosa y conmovedora interpretación vocal de Karen O, realzada por los nuevos arreglos, transmitió un sentimiento universal de anhelo y la angustia de una separación inminente. Para muchos jóvenes, esta canción se convirtió en un reflejo de sus propias experiencias con el amor, la pérdida y la vulnerabilidad. La frase “They don’t love you like I love you” resonó como un grito generacional, y en esta noche, con los arreglos sutiles pero impactantes, su potencial emocional se multiplicó. Afuera del teatro, casi como si el cielo se estremeciera con esta nostalgia, empezaban a formarse nubarrones, como si la lluvia inminente quisiera sumarse a la catarsis.

“Y Control” fue la última canción antes del encore, un golpe final que hizo estallar el teatro en una catarsis emocional colectiva. Tras un breve receso, los Yeah Yeah Yeahs regresaron para las dos últimas canciones de la noche: “Burning” y “Zero”. El show, aunque relativamente corto –aproximadamente una hora–, fue un repaso de éxitos y temas de sus últimas producciones, todo bajo la lente de esta redefinición sonora.

Puede que no todos sean fanáticos de las versiones “desenchufadas” o con arreglos, pero para esta primera de tres noches, los Yeah Yeah Yeahs demostraron que estos nuevos elementos no solo aumentan el poder emocional de sus canciones, sino que ofrecen una perspectiva fresca y madura de una de las bandas más influyentes de principios de los 2000. La noche fue un recordatorio de que la evolución artística puede ser tan impactante como la explosión inicial.Yeah Yeah Yeahs Yeah Yeah Yeahs Yeah Yeah Yeahs Yeah Yeah Yeahs Yeah Yeah Yeahs Yeah Yeah Yeahs Yeah Yeah Yeahs Yeah Yeah Yeahs

 

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