Con una hipnótica puesta en escena, Jonathan Bree presentó lo mejor de su melancólica psicodelia. Así fue la segunda noche de Hipnosis en el C3 Stage de la perla tapatía.
Una noche de encanto audiovisual fue lo que vivieron los asistentes al C3 Stage el pasado 17 de octubre. Jonathan Bree llegó a la capital jalisciense para presentar su más reciente disco Sleepwalking (2018). Este espectáculo forma parte de la temporada de conciertos organizados por Hipnosis, ACK Promote y Mexicadelia en Guadalajara.
En vísperas del Coordenada y la llegada de Guns N’ Roses a la ciudad, el ambiente de jueves era tranquilo. Afortunadamente el show de esta noche fue movido del C3 Rooftop al escenario principal. Un cambio que ayudó a apreciar toda la parafernalia visual del neozelandés.
Si bien se estuvo lejos del sold out, el aforo fue suficiente para demostrar gran calidez hacia Jonathan Bree. Poco antes de las 9 y media, el cantante de Sinaloa, Rosas inauguró las actividades. En el escenario solo se acompañó de guitarra, y laptop con algunos ítems decorativos a lado. Fungiendo como abridor presentó su propuesta de neo-trova.
A pesar de las fallas en principio con sus sampleos, demostró que tiene una voz privilegiada. El cantautor sabe cómo llevar los tintes bohemios de sus letras hacia atmosferas poco comunes en su género. Después de cinco canciones Rosas se despidió, dando paso a una ansiosa espera.
Finalmente, a las diez y media aparecieron dos músicos y dos bailarinas en máscaras blancas. Jonathan Bree apareció destacando solo por su camisa negra y tirantes blancos. La elegancia y monocromía visual de cada “persona” en el escenario quedó clara desde un principio.
El setlist de esta velada tuvo como hilo conductor los temas de su más reciente disco Sleepwalking. Iniciando con el tema que da nombre al álbum, las canciones corrieron sin pausa por alrededor de una hora. La mínima interacción con el público mantenía el escenario como una obra de arte intacta.
Afortunadamente el audio estuvo a la altura de la complejidad del show. El sonido de psicodelia melancólica acompañaba líricas de romanticismo desenchufado de la realidad. Bajista y baterista parecían réplicas de Jonathan Bree tocando instrumentos similares a los de The Beatles. Ejecuciones limpias y de tempo perfecto, integrándose también a la inusual danza del show.
Y es que cada canción parecía perfectamente ensayada por las dos damas blancas en el escenario. Movimientos acompasados perfectamente y simulaciones de tocar instrumentos, tomando utilería como micrófonos y raquetas como guitarras. Pero también aportaron cantando pequeños coros y tocando el bajo en uno de los temas.
Más que fidelidad a la ejecución musical, importaba más el concepto de cada tema proyectado entre coreografías y visuales. Claro está, siempre manteniendo a Jonathan Bree al centro de todas las miradas.
Todo cobra más sentido al disfrutar en vivo del show completo del neozelandés. Al cubrirse el rostro, deja que la emoción de cada letra se sustente en la voz. Que las emociones que probablemente se dibujen en su cara no sean distractor para el espectador. Su interpretación puede susurrar o elevarse, y el escucha se da cuenta de la emoción buscada en cada frase.
Canciones de su nuevo disco como Say You Love Me Too y Valentine resplandecieron a la perfección. Aunque sin duda la más celebrada fue You Are So Cool, casi para el cierre del set. El cierre definitivo llegó con The Primrose Path, donde rompieron sus reglas y buscaron sentir más cerca al público tapatío.
El final llegó anunciado solo con las palabras Thank You y Adiós en las pantallas. Sintiéndose más como una obra de teatro que un concierto, el encore no tenía cabida.
Un show que sin duda se podría enmarcar. Jonathan Bree trajo algo diferente a las noches de Hipnosis. Esperamos que su música regrese a Guadalajara pronto. Aunque se podría estar seguro que para la próxima nos sorprenderá con una obra de arte distinta.
Fotos: Raúl Ponce.
