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Molotov continúa con su racha de conciertos en el Teatro Metropólitan, ejecutando en vivo sus clásicos a modo unplugged.

Es sabido que la banda ha pasado de todo en estos años y llegó un punto en que sentía desgastado, a pesar de tener su propio documental y su histórica presentación en Rusia.

El grupo celebró hace poco más de un año su XX aniversario de su emblemático ¿Dónde jugarán las niñas?, siendo una presentación que pasó sin pena ni gloria.

Ahora, con ganas de renovar y hacer algo diferente (porque yo también ya estaría harto de tocar las mismas canciones durante tantos años), Molotov grabó un unplugged y el resultado es aceptable.

Los clásicos con los que crecimos fueron adaptamos a un modo “electroacústico”, con invitados y una nueva canción que ya fue encasillada como el Gimme the Power parte 3.

El álbum fue lanzado hace unos meses y este formato fue estrenado en el Metropólitan, donde ahora en enero continuaron la racha.

En lo personal, he visto varias veces a Molotov en vivo, tanto en festivales como en solitario y puedo decir que el grupo en algún punto se estancó y vivían de las glorias pasadas.

Bueno, ahora es algo similar para ellos, pero para nosotros como espectadores cambia la cosa. Las versiones unplugged suenan decentes en el álbum que lanzaron, pero es en vivo donde está su verdadera esencia.

Son una banda valemadrista, que a veces se divierten tocando y otras se les nota cansados y hartos. Pero ahora con su unplugged los aires que se respiran cambiaron.

Tito, Micky, Randy y Paco están en su segundo aire. Su espectáculo en vivo suena bastante bien y en algún momento ya ni parece unplugged por la agresividad y furia con la que tocan los instrumentos.

Sí, subieron al escenario ebrios (o precopeados) y contagiaron eso al público. Son una banda de desmadre y nos hicieron levantarnos de nuestras butacas y brincar, gritar y alzar los brazos.

El público, que los ha acompañado durante más de 20 años, se volvió a entregar con sus versiones que, insisto, tienen mucha energía a pesar de su formato unplugged.

Los juegos de luces bien sincronizados con las notas salidas de las bocinas. Los músicos que acompañan fueron impecables y daban detalles extras al sonido de las canciones.

Se aventaron lo mismito que el álbum unplugged, y hasta la canción nueva, Dreamers, suena bastante bien. Tuvieron algunos invitados como Djordje Stijepovic de Tiger Army y Nahoko Kobayashi, que tocó el taiko, un tambor japonés que retumba muy cabrón.

Incluso interactuaron más con el público. Subieron al escenario a hombres en Cerdo, para cotorrear, y llenaron de mujeres su escenario para Rastamandita. Su unplugged se volvió fiesta.

Después de un amplio setlist, donde destacamos Matate Teté con un tramo final acompañado de gaitas, Frijolero, Hit Me y Marciano, cerraron con explosividad con su ya clásico Puto.

Dos horas de concierto, un público satisfecho, un setlist complaciente y arreglos nuevos a las canciones que le dieron un nuevo sabor.

Sí, Molotov está de vuelta. Volvieron a conectar con su público y traen una propuesta muy bien recibida y que, si siguen así, aseguramos estar  en el segundo aire de la banda. Estaremos a la expectativa de lo que viene para el grupo.molotov

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