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Carlos Sadness vino a nuestro país en el 2016 y se llevo tres souldouts. Este año abonó uno más a sus trofeos, esta vez, en el coloso del entretenimiento: El Teatro Metropólitan.

El arte, en cualquiera de sus formas, motiva a los sentimientos a soltar toda su esencia, pero, la música tiene algo especial. Manipula las emociones hasta al punto máximo, nos puede elevar hasta la euforia o dejarnos en la niebla.

Los músicos tienen que pasar por muchos procesos, el autoconocimiento, el más relevante, es decir, deben entrar a lo profundo, a la caverna donde los peores demonios los esperan para templarlos.

Dichosos aquellos que finiquitan la estrangulante prueba, son premiados con la sabiduría de los elementos naturales, para hacer de esta realidad algo totalmente diferente. Carlos Sadness, originario de Araron España, concluyó con honores el reto.

Hoy, puede presumir treinta y tres años, siete de ellos como creador armónico, cada uno lleno de experiencias que se acumulan en sus cinco discos de estudio, siendo Diferentes Tipos de Luz (2018), el último, el cual, incitó al cantautor a salir de su nación para esparcir su contenido en diferentes partes del globo.

La cita en la CDMX fue establecida para el 8 de noviembre, cumpliéndose formalmente. El venue seleccionado fue el Teatro Metropólitan, movimiento bastante arriesgado, hay que recordar que este recinto, tiene la particularidad de brindar solo una oportunidad. Bizarro FM, estuvo ahí para asegurarse que se provechara la ocasión.

El primero de sus pasos fue crear una atmósfera rica en paciencia, calmando al embravecido público que esperaba, un nivel más arriba de la ansiedad, su salida al escenario.

A las 8:46 pm. la obscuridad se vio obstaculizada por un brillo que emanaba desde las bambalinas, era el protagonista de la noche, Sadness salió derrochando energía revitalizante, que gracias a la distribución, en forma de abanico de los asientos, se esparció por todo el lugar.

Las primeras canciones fueron una remembranza de sus primeros discos, en especial de Atraes los Relámpagos (2011), si la crítica en el año de su lanzamiento lo aceptó de manera favorable, su hinchada casi explota en satisfacción cuando reconoció aquellos sonidos.

Para presentar de manera oficial su reciente material, recitó Te quiero Poco.

-“¿De dónde habéis sacado a esta tía tan rara? Cariño no sé si te odio, no sé si me encantas”. 

El uso de los recursos visuales, el cuerpo cóncavo del lugar, la perfecta visión y una acústica equilibraba activaron, de manera inmediata, las áreas del cerebro encargadas de la felicidad, con la aparición de Melissa Robles para interpretar Días Impares. 

Una lluvia de ternura en forma de burbujas cayó sobre los asistentes, marcando la recta final del concierto, misma que llegó después de tres temas extras. 

Carlos Sadness ofreció un buffet de sensaciones desde alegría, atravesando por la mejor parte de un enamoramiento, hasta la soledad afrontada desde un punto afable.

Estamos seguros que apenas es el inicio de una carrera llena de benignidad, deseándole siempre lo mejor y esperando que no deje de crecer. ¡Muchas gracias Carlos!

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Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.