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Una noche psicodélica ocurrió en la ciudad de México, donde Radio Moscow y Earthless explotaron su sonido para provocarnos una catarsis que hasta el momento continúa.

El sonido de un riff y los paisajes sonoros no son un común entre los consumidores de música comercial. ¿Cuántos están dispuestos a escuchar canciones instrumentales de 10 o 15 minutos llenos de blues rock, hard rock, psicodelia y experimentación?

No es un sonido común, pero aún así somos algunos a los que nos gusta presenciar conciertos donde un sonido fuerte y una alta dosis de psicodelia nos provoca un estado catártico y de introspección. Algo así como una droga auditiva.

Para calentar motores, contamos con la banda abridora Motor y para refrescar la garganta un buen trago de cerveza helada. Motor es una banda orgullosamente mexicana y que ya lleva su rato entre la escena independiente, mostrando que hay talento en el rock metal nacional. Con una breve pero potente presentación, la banda nos puso a tono para lo que se avecinaba.

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Un nuevo turno llegó: Alpine Fuzz Society y con ello un shot de licor de hierbas para calentar la garganta y luego una cerveza más para enfriar.

No sé si Alpine Fuzz Society pueda ser considerada una superbanda o simplemente un proyecto más. El grupo se conforma por integrantes de Radio Moscow y Earthless, un power trío (se supone, porque eran cuatro en el escenario) que sirvió de entrada mientras las sustancias tóxicas de nuestro cuerpo nos preparaban para subir a una nave espacial y hacer el viaje cósmico.

Ya en el tono para disfrutar de una larga dósis de sonidos psicodélicos, siguió el tan esperado regreso de Radio Moscow.

La banda originaria de Iowa vino con la excusa perfecta de promocionar su más reciente material titulado New Beginnings. El blues y el garage rock fueron los elementos más presentes en ese pastel de sonido que salía de las bocinas.

Más cerveza, más licor de hierbas y a mover la cabeza. El efecto alborotaba la sangre. Rock macizo, como el que ya no se escucha mucho en estos días. No importa el escenario, las limitadas luces y los músicos, los cuales pasan a segundo plano para enfocarnos en lo verdaderamente importante: la música.

Radio Moscow y su música tiene el poder de transportarnos a lugares del bajo mundo. En una época de aparente modernidad, ellos son el escaparate para irte al sonido sucio de los 70 y 80, cuando Led Zeppelin y Black Sabbath estaban en pleno apogeo y nos tenían comiendo de sus manos.

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Faltaba una banda, Earthless y a pesar de las sustancias tóxicas que ya habían conquistado gran parte de nuestros cuerpos, aún quedaba energía para un último esfuerzo físico.

¿Recuerdan que Alpine Fuzz Society nos preparó para abordar la nave cósmica? Bueno, Radio Moscow fue el despegue y todo el trayecto hasta salir de la atmósfera y Earthless se encargó del resto del viaje estelar.

Solo bastaba cerrar los ojos y dejarse llevar por la música para viajar y disfrutar del paseo sonoro. Algunas veces rápido, otras muy lento, unas más todo confuso y denso. La improvisación de Earthless es un distintivo en sus presentaciones y se debe reconocer el tremendo esfuerzo de la batería al tocar impecablemente durante largos minutos de psicodelia.

Conforme avanzaba el sonido a través del tiempo (no podría decir que eran precisamente canciones) llegó un punto hipnótico, donde la música y el público conectaron y ya nada más importó. Así durante un largo rato, hasta que la catarsis terminó.

Earthless se despidió entre aplausos y euforia. Presenciamos un show impresionante y salimos satisfechos. Seguro la próxima vez que vengan habrá más consumidores de rock psicodélico y experimental.

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