Nick Cave and the Bad Seeds regresaron a tierras mexicanas para deleitar a un público sediento de poesía, amor, nostalgia y reflexiones.
Un público ansioso ocupó el Pepsi Center para presenciar a Nick Cave y sus malas semillas, quienes regresaban a la ciudad para dar una única presentación.
Skeleton Tree es su último álbum y la excusa para volver. Además de dar un recorrido por su amplia discografía.
Cuando las luces se apagaron y la banda comenzó a salir, todo el mundo enloqueció, pero fue con la presencia de Nick Cave que hubo una catarsis colectiva.
Nick Cave impone sobre el escenario. La atmósfera se volvió oscura, como las melodías de sus canciones. Jesus Alone fue la canción abridora de esta fecha especial en la ciudad.
El sonido impecable y las malas semillas desbordando talento. Mención especial a Warren Ellis, un hombre de apariencia salida de una balada asesina. Barba canosa y performance musical que a ratos robaba la atención de un Nick Cave, el cual no paraba de interactuar con el público.
Tomaba las manos de los asistentes, dirigía palabras personales y contoneaba su cuerpo para hipnotizar al público, especialmente el femenino.
El concierto levantó la lúgubre atmósfera y se volvió más agresiva con Do you love me y Loverman, canciones que fueron bien recibidas y coreadas.
El viaje continuó con más melodías de amor, melancolía, poesía y enojo. Cada canción tiene su propia historia y personalidad. Todas involucra una faceta de Nick Cave con la vida.
Para el final se subió a una parte del público al escenario para bailar Stagger Lee y Push the Sky Away. Nick Cave se deshizo de su chamarra y desnudó su alma ante un público sediento de su cuerpo y su carisma.
El tiempo no se detuvo ni pasó más lento, al contrario en un largo parpadeo ya estábamos en el encore y nos remataron con el clásico The Mercy Seat y más sonidos del Skeleton Tree. Todos quedamos satisfechos, pero nuestra hambre invitaba a pecar con la gula de más canciones.
Nick Cave lo volvió a hacer. Nos conquistó, nos apapachó y nos provocó una catarsis. Es un artista, él lo sabe y vive de ser honesto con la vida, sus sentimientos y lo que lo rodea, para luego convertirlas en memorables canciones que existirán para la eternidad.
Momentos especiales: el coro del público en Into My Arms; el apacible momento en Distant Sky y la locura musical con The Weeping Songs.
Setlist
FOTOS: César Vicuña