El Naucalli fue sede para una velada encantadora con Ely Guerra, Monocordio, Random V, Marcela Viejo y Arroba Nat. El público fue conquistado con las letras y las melodías de estos entrañables músicos.
Todo comenzó con Arroba Nat, una chica originaria de Zacatecas que con su folk pop poco a poco seduce a un público que respondió positivamente ante su propuesta musical.
Arroba Nat, con sus apenas 21 primaveras, realiza composiciones que se quedan grabadas en la mente de la gente, como Adiós o Dormir Sin Coger.
El show apenas comenzaba, y ahora era el turno de Marcela Viejo, ex-integrante de Quiero Club y que ahora, con una carrera en solitario, se va posicionando en la escena musical.
Marcela ya cuenta con una amplia experiencia sobre los escenarios. Se mueve, interactúa y logra una conexión con los asistentes. Su talento va de la mano con su gran belleza y aprovechó para promocionar Pequeñas Profecías.
La logística de este evento fue eficiente, puesto que entre cada banda había que esperar pocos minutos.
Le siguió Random V, una banda relativamente joven (tanto en escenarios como edad promedio de sus integrantes) y que lograron dar un show potente y bastante dinámico.
El vocalista cumplió con su papel de frontman y nos mantuvo atentos a lo que sucedía sobre el escenario. El grupo se despidió entre aplausos y ovaciones.
Fernando Rivera Calderón en su faceta de Monocordio se preparó para conquistar el Foro Felipe Villanueva.
Con un show impecable y bien ejecutado, Monocordio ya se las sabe de todas en el escenario. Ya cuenta con un amplio repertorio y bastantes años de experiencia. Monocordio ya es una banda consolidada y con garantía de que la vas a pasar bien.
Ellos fueron la última banda, previo al platillo fuerte de la noche, en calentar motores porque aún la noche era joven y aún quedaba un gran último espectáculo.
¿Qué se puede decir de Ely Guerra que no se haya dicho ya? La cantante y compositora con más de 20 años de trayectoria musical vino a cerrar su tour El Origen, donde les da un aire más íntimo a sus éxitos de su discografía.
Ely Guerra se adueña del escenario y de nuestros corazones. Ella cuenta historias, da previos antes de cada canción y nos contextualiza. Le da un sentido, un significado a sus letras y apapacha nuestra alma con su impecable voz.
El público es de todas las edades y cada quien tiene una historia personal que relaciona las canciones de esta bella cantante.
El Naucalli fue un recinto perfecto para darle ese tono íntimo al ambiente. La lluvia perdonó y en algún momento todas las miradas se enfocaron a lo que sucedía en el escenario, sin importar lo que ocurría afuera, en las calles, en la ciudad.
Fue un buen evento, con grandes artistas y un cierre perfecto por parte de Ely Guerra.