Justo cuando creíamos que los compadres de Radiohead habían sentado cabeza y demostrado de lo que eran capaces, llega un nuevo álbum que converge inmediatamente y con osadía plena.
A Moon Shaped Pool ha arribado a nuestros oídos y fácilmente puede cruzar la línea hacia algo más trascendente. Después de darle unas escuchadas, esto encontramos…
Domingo por la mañana, de esos postfiesta que sirven como cámara de recuperación, en donde hacemos una retrospectiva de los hechos y nos cuesta aceptar que estamos en el punto medio donde termina el fin de semana y comienza nuevamente el ciclo de vida. En esas horas fue lanzado un álbum, no cualquiera ni de cualquiera, un material grisáceo que lleva en la portada A Moon Shaped Pool y que muestra el nombre de un ícono musical, un Radiohead que siempre ha sabido el arte camaleónico de trascender generaciones y pensamientos.
Aunque hemos tenido ciertos vistazos del disco con lanzamientos de singles como Daydreaming y Burn The Witch, la experiencia no se compara al pulsar play y dejarlo correr por nuestros mundos. Cada canción funge como antesala a la siguiente, métrica que comenzó desde su anterior álbum The King Of Limbs, pues podemos encontrar, en su último track Separator, una línea que dice: “If you think this is over, you’re wrong” . Y vaya que sostuvieron su argumento pues las 11 canciones que componen lo nuevo han dejado un grato sabor de boca.
Es un rock ambiente digno, de esos que juegan a explorar y atrapar, es un viaje que nunca hemos tomado antes y que junta varias facetas del grupo y que se basa en una instrumentación excelente. Decks Dark muestra lo escrito, esas ganas de llenar cada rincón con gracia y que pareciera ser un arte sencillo de lograr, nos eleva y combina la instrumentación con una voz Thom Yorkeana ya clásica dentro del género.
El álbum es una excursión sumamente estética de ciertas etapas de Radiohead, evoca lo antiguo y pasa a una propuesta casi fílmica y que inserta al oído de inmediato, una bella trampa que atrapa y no suelta hasta que suenan las últimas notas de True Love Waits, canción que hemos escuchado desde los 90’s en sus presentaciones en vivo.
Identikit, una pieza por demás sublime, simplemente lo tiene todo y lo muestra con desapego. Se disfruta de principio a fin y tiene esa extraña familiaridad que continúa presente hasta que todo acaba. The Numbers y Present Tense siguen los pasos y son capaces de hacer volar al alma, con juegos sonoros que caen perfectamente con el sentido y llenan de intenciones el momento.
En vista general A Moon Shaped Pool es el regreso de una banda que ha venido a cambiar lo que se compone y escucha, ciertamente se siente la madurez y esos años musicales en la espalda. Todo lo que podríamos pedir lo encontramos en alguna parte de esos 53 minutos que transportan a un espacio diferente, otro.
Ten por seguro que disfrutarás mucho esta narración sonora de la vida, aunque no seas seguidor o seguidora, es imposible no rendirle tributo y honor a algo bien hecho, que tiene un concepto muy claro y que es presentado de forma tal, que ganará un lugar rápidamente en tus favoritos. Radiohead está de vuelta, con más ganas y con más sentido. Si piensas que esto se ha acabado, estás en un error.