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La Gran Noche Estrambótica: Ska y Memoria en el Palacio de los Deportes

SKA

La ciudad de México vibró por unas horas  al sonido  de Los Estrambóticos, quienes el pasado sábado transformaron el Palacio de los Deportes en un caldero de energía y ska puro. Aunque no fue un lleno total, la atmósfera hirvió con la pasión de miles de seguidores, demostrando que la cantidad no siempre es sinónimo de intensidad cuando se trata de la banda que ha musicalizado tres décadas de historias populares.

Con una esnceario  decaorado con monumentos iconicos de la ciudad de México como el palacio de bellas artes, el ángel de la independencia y barrios populares acompañada de una nave espacial la  autoproclamada “Invasión Estrambótica“, llegó al inmueble de añil y viaducto , la agrupación celebró sus interpretaciones más memorables, ofreciendo un setlist explosivo de 47 canciones, algunas presentadas en ingeniosos mash-ups. Mucho se dice que la escena del ska mexicano no tan fuerte como en años pasados , pero esta noche nos hace pensar que siempre ha estado ahí , resistiendo y acompañando las luchas populares como en sus años más importantes.

Casi a las 9:20 de la noche, las luces se encendieron y la banda irrumpió con “El Gran Infierno”, preparando el terreno para una noche inolvidable. Poco después, el primer gran hit, “Camino a Ninguna Parte“, desató la euforia. Playeras, bufandas y trapos comenzaron a revolotear en el aire, mientras el slam se organizaba de forma espontánea con cada acorde.

La noche fue un desfile de colaboraciones. El primer invitado de la noche fue  La Mosca Tsé-Tsé, quienes, después de haber fungido como open show, se unieron a Los Estrambóticos para interpretar “El Mosquito“, encendiendo aún más al público, su participación como banda abridora fue algo muy sobrio pero energica. A lo largo de la velada, el escenario se llenó de talento con artistas como Triciclo Circus Band, DLD, Julio Sandoval y Tania Melo, quienes aportaron su sello a los éxitos de ayer y hoy.

Los Estrambóticos han forjado una carrera narrando las vicisitudes de las clases populares y los resistentes: el amor, el desamor, las aventuras con amigos, las borracheras, la persistencia y, por supuesto, el cariño incondicional por los Pumas de la UNAM. Esta conexión profunda con su audiencia se hizo evidente cuando Pino, Chadou, Adrián Vallarta y el resto de la banda recibieron el cariño de tres décadas de historia por parte de sus seguidores.

Temas icónicos como “La Herida“, “Peter Punk“, “La Cerveza y el Dolor“, “Soñar Contigo” y “Todo Va a Estar Bien” resonaron en el Palacio, provocando un mar de slam, cerveza volando por los aires y una hermandad inquebrantable que se hizo presente en cada rincón del recinto. La “Invasión Estrambótica” no fue solo un concierto, sino una verdadera celebración de la cultura ska y la conexión inquebrantable entre una banda y su público.

Los Estrambóticos no nacieron en grandes escenarios; se forjaron en los espacios donde la resistencia crecía poco a poco, en festivales de apoyo a los movimientos populares. Fue ahí donde su música se convirtió en la banda sonora de causas y luchas, permitiéndoles crecer y consolidar una base de seguidores leales. A lo largo de los años, su alineación ha cambiado, pero su esencia nunca se ha diluido. Lograron infiltrarse en la escena del mainstream sin sacrificar su identidad, siempre conservando la resistencia que los vio nacer. Este concierto en el Palacio de los Deportes es la prueba fehaciente de 33 años de celebración de esa lucha y esa conexión inquebrantable.

No sabemos cuantos años más pasaran de conciertos y shows de Los Estrambóticos; el futuro siempre es incierto. Sin embargo, en el Palacio de los Deportes se podían ver personas de todas las edades, incluyendo a menores que han heredado el gusto por la banda de sus padres, hermanos o amigos. Es posible que estas nuevas generaciones sean las encargadas de mantener viva la flama que Los Estrambóticos han encendido en la escena del ska nacional.

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