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UNKLE regresó a México con un estruendo musical que dejó a todos los asistentes en un estado de euforia.

Con su nuevo álbum, Ronin II, como bandera y la promesa de una noche llena de potentes beats y clásicos atemporales de su discografía, las expectativas estaban en su punto más alto. Y puedo decirte que no solo cumplieron con esas expectativas, ¡las superaron con creces!

El escenario se encendió, el público se entregó por completo y lo que siguió fue una velada inolvidable llena de música, energía y emoción. Aquí te cuento cómo estuvo.

Mientras el Frontón se llenaba poco a poco de entusiastas seguidores de UNKLE, la atmósfera se cargaba de anticipación y emoción.

La gente aprovechaba el tiempo antes del acto principal para socializar, disfrutar de una cerveza helada y explorar el puesto de merchandising, donde las camisetas y sudaderas de la banda se convirtieron en recuerdos codiciados de esta noche inolvidable.

Pero antes de que UNKLE subiera al escenario, el público tuvo la oportunidad de deleitarse con el talento de Driftwood., un artista originario de Sidney que se desempeña como compositor, productor y cantante.

Su actuación fue un viaje musical que navegó entre beats electrónicos, toques de hip hop e incluso ritmos techno, cautivando a la audiencia desde el primer momento.

Driftwood. compartió su gratitud y emoción por la cálida respuesta del público mexicano, y en un español entusiasta pero enriquecido con su acento australiano, expresó su amor por México.

La energía contagiosa de su actuación sirvió como el perfecto calentamiento para la llegada de UNKLE, dejando a todos con ansias de más música y emoción en esta noche única.

El reloj marcaba apenas minutos después de las 9 de la noche cuando las luces del escenario se apagaron en su totalidad, y el rugido de la multitud se intensificó.

El público, visiblemente emocionado, no podía contener sus aplausos y silbidos mientras esperaba ansiosamente la llegada del acto principal de la noche. Y entonces, como un destello de luz en la oscuridad, James Lavelle, el único miembro constante de UNKLE, hizo su entrada triunfal al escenario.

Esta vez, Lavelle no estaba solo; lo acompañaba Steven Weston, un verdadero artista en todos los sentidos de la palabra: productor, ingeniero de audio y artista visual, encarnando todos los elementos que hacen que UNKLE sea una experiencia completa en la música.

Sin más preámbulos, UNKLE comenzó a hacer estallar los altavoces del Frontón con una intensidad avasalladora. La audiencia respondió al llamado de inmediato, entregándose a los ritmos y la electrónica de alta calidad que emanaban del escenario.

La pista de baile se convirtió en un mar de movimiento y emoción, mientras los primeros acordes de clásicos como Eye for an Eye o Restless, con la inconfundible voz de Josh Homme, resonaban en los oídos de todos los presentes. La noche había comenzado, y UNKLE nos estaba llevando en un viaje musical inolvidable.

Los visuales se convirtieron en un componente esencial para enriquecer aún más el espectáculo que estábamos presenciando.

En un momento particularmente emotivo durante la interpretación de On My Knees, la pantalla proyectó una escena de la película Roma de Alfonso Cuarón. Como sabemos, UNKLE había colaborado en la banda sonora de esta película con Michael Kiwanuka. La emoción de estar inmersos en una película mexicana mientras UNKLE tocaba en México no tenía límites.

La audiencia siguió siendo cautivada por más clásicos de UNKLE, como Rabbit in Your Headlights, donde la inconfundible voz de Thom Yorke se unía a la mezcla, y Be There, donde Ian Brown también prestaba su voz característica.

En el corazón de la música y los visuales espectaculares, la multitud bailaba y se entregaba por completo al espectáculo. Algunos aprovechaban la oportunidad para capturar estos momentos inolvidables en sus teléfonos, asegurándose de tener un recuerdo duradero de este concierto fenomenal.

La genialidad de UNKLE parecía fluir sin fin a lo largo de la noche. Sin embargo, el punto culminante, al menos desde mi perspectiva, llegó con Burn My Shadow, una canción en la que la voz de Ian Astbury contribuye a una experiencia musical verdaderamente explosiva. En ese momento, el público se sumergió en una catarsis colectiva, entregándose por completo a la música y la energía en el aire.

UNKLE no daba tregua, continuando con su arrolladora actuación, como si estuviéramos en el epicentro de una gran fiesta en un club de renombre, donde la música era la indiscutible protagonista y la diversión parecía no tener fin.

UNKLE cerró la noche con un encore especial, regresando al escenario para interpretar Lonely Soul, una canción en la que colabora Richard Ashcroft.

Este momento fue particularmente emotivo, ya que la melodía suave llenó el aire y UNKLE nos invitó a encender las luces de nuestros teléfonos. El Frontón se iluminó de manera espectacular mientras todos participábamos en este gesto.

Pero, como todas las buenas cosas, el concierto llegó a su fin.

James Lavelle, visiblemente emocionado y agradecido, expresó su gratitud al público mexicano.

No es la primera vez que UNKLE visita México, y todos esperamos que no sea la última.

Por su parte, los asistentes nos retiramos satisfechos, después de un viaje musical que nos tuvo bailando y sacudiendo nuestros cuerpos hasta quedar exhaustos.

Sin lugar a dudas, UNKLE se ha ganado un lugar destacado en la lista de los mejores conciertos del año. Fue una noche inolvidable, una experiencia musical que quedará grabada en nuestros corazones y mentes por mucho tiempo.

Fotos: Toust

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