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Regresa Arcade Fire, una de las agrupaciones más celebradas y comentadas en los últimos quince años. Con su sexto álbum WE, revisita su prolífica carrera, a la vez de darle nueva vida.

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Cuando se habla de una banda como Arcade Fire, es imposible correr riesgos. Tan inevitable referirnos al proyecto fundado en Montreal sin mencionar como irrumpió con uno de los mejores debuts que se ha escuchado. O bien, sin hablar de cómo alcanzaron la cúspide de un Grammy con un disco que los convirtió en superestrellas. ¿Cómo abandonar ese romanticismo con cada nuevo lanzamiento?

Tal vez lo que necesitaba el proyecto liderado por Win Butler y Régine Chassagne era una pausa como esta. Después de lanzar su quinto álbum Everything Now (2017), podría decirse que Arcade Fire cayó de la gracia de la crítica. A pesar de las giras exitosas, el grupo parecía condenado a un ciclo sin fin de obras medianas para pretexto de nuevos shows.

Es lo que pasa cuando se elevan las expectativas al cielo, sin discernir la riqueza oculta de una obra. Pero el antídoto es simple: dejarte llevar. Y vaya que WE (2022) te invita a hacerlo de una manera atractiva, y un poco tramposa. Sacrificando la complejidad de su pop barroco por armonías más directas. O bien, sin miedo a mostrar la estela de sus imponentes influencias: Bowie y Peter Gabriel por mencionar las más obvias.

Un cometido que, si bien no esperaban, es resultado de una reclusión obligada en Nueva Orleans. De la distancia sometida con sus compañeros y trabajar en partes. De esa oscuridad y extrañeza palpable en el mundo, incluso antes de la pandemia. Arcade Fire se enmascara con toda esa humanidad que le caracterizaba su estado más primigenio, en el momento en que más conexión necesitaban.

Es así que los temas de WE no pueden descifrarse correctamente fuera de la unidad que es el álbum. Algo que no habían logrado tan compactamente desde The Suburbs (2010). Para muestra el inicio con la épica Age of Anxiety, dividida en dos partes. Estableciendo la temática y atmósfera, pero también sin perder el tiempo para sumergirnos en el corazón de esta nueva obra.

Eso sí, aunque es una reivindicación a las influencias innatas de Arcade Fire, no es que Win y compañía desechen lo realizado en los últimos diez años. Ese espíritu colorido, y en ocasiones glamuroso no abandona el barco. Por el contrario, te recuerda que la banda ha dejado esa pose monocromática para empatizar con la diversidad de su universo. Basta decir que, sin Reflektor (2013) o su sucesor, no tendríamos una canción con Peter Gabriel.

Si, temas como The Lightning I y II, son terreno familiar para los fans y seguramente un esperado clímax para los conciertos. Pero si bien podrías acusarles de estancarse en lugares conocidos, no puedes negar que es un grupo diferente. Algo que aprovechan los canadienses para ubicar a WE en un lugar más vigente que nunca. Arcade Fire toma su lugar como parte de esta coordenada.

Esta placa discográfica termina con las dos partes de Unconditional y el tema que da título al LP. Es cierto, te deja en un espacio considerado cómodo para Win, Régine, Richard, Tim y Jeremy. Sin embargo, es una realidad más que lejana después de la partida reciente de Will Butler. Es una paradoja que, cuando la banda de Montreal regresa a sus formas primigenias, se vea obligada a cambiar.

Sin embargo, no duden que lo que esté por llegar sea tan genuino y único como el resto de su histórico repertorio. Por el momento, no podemos dejar de recomendar que escuches WE, el sexto disco de Arcade Fire.

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REVIEW OVERVIEW
Calificación
Apasionado de Conciertos y Nuevos Lanzamientos. Músico neceando desde la Perla Tapatía.
arcade-fire-we-disco-resenaEl regreso al punto base de la banda, no significa que desaprovechen el colorido de un recorrido admirable. WE es una vuelta en forma para Arcade Fire. Ya se verá que tanto pueden hacer con ello.