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Sin duda, la voz de La Chica nos hace sentir como si fuera algo sacro, y con su nuevo álbum, La Loba, nos los reafirma.

la chica la loba

Directo desde la ciudad de Belleville¸ la bella París, nos llega el nuevo álbum de La Chica, titulado, La Loba.

La Loba es su nuevo trabajo el cual está dedicado a su difunto hermano, además de que es una obra íntima, sincera, llena de magia y rituales; a través de las canciones, nos expresa la primera etapa de la vida y el proceso de aprendizaje cuando nos hace falta un ser querido.

La Chica expresa todo ese viaje emocional y repasando los sentimientos de ira, dolor infinito, amor supremo y la iluminación espiritual, la cual se va aprendiendo cuando perdemos a alguien cercano que siempre habíamos amado.

Vamos a recorrer un poco de los tracks que componen a La Loba, comenzando por la canción 3, dedicada en su totalidad a su hermano, preguntándole cómo es la vida allá en el otro lado, en el inframundo y buscando la manera de unir sus energías para esparcir las semillas del mañana.

Seguida de la rola Agua, la cual interpreta un ritual al río, para que éste sea quien se lleve consigo su sufrimiento y su dolor ante no tener con ella a su hermano. Conforme vamos avanzado nos topamos con el despertar de su ira para ilustrar la naturaleza poderosa de la mujer, el despertar de las brujas y la mutación, es así como nos abre el camino a La Loba.

Mientras vamos pasando las canciones, somos testigos de que su dolor va evolucionando, toma una nueva forma.

En La Loba, La Chica retoma la rola Drink, una rola para los muertos, siendo que ahora, a diferencia de su anterior EP, Cambio, aquí encuentra una nueva profundidad, y al que se acerca con un poco más de naturalidad, dulzura, buscando una nueva conexión espiritual a través del trance de los sonidos propios de la rola.

Y para cerrar esta dedicatoria, Sol supone un punto de liberación en el que se descarga todo su sufrimiento, convirtiéndolo en fuerza, dejándola libre de su propio dolor y duelo, armada y lista para romper las cadenas que podrían sujetar a su hermano aún en esta tierra y permitirle un buen viaje en Hoy.

En el contexto actual, en el que todo está higienizado y el peso de las redes sociales reclama ser una perfección ilusoria, en un mundo invadido por las llamas, para La Chica era realmente imprescindible transmitir sus emociones de una forma verdadera y auténtica, así que realmente en mi caso me sentí identificada al así poder yo despedir a un ser querido que hace un tiempo se fue y esta vez, encontré la manera de despedirlo y saludarlo.

A propósitos, somos testigos de algunos “fallos” de grabación, ya que La Chica optó por favorecer las tomas en las que su voz fue capturada de forma más natural, imperfecta y auténtica ante el dolor.

Sin duda, La Chica es toda una experiencia, pues tan solo con su voz y el piano, nos hace sentir esa sacralidad que la hace falta a la música actual.

Su voz, es ese hechizo que nos libera de la gravedad de la tierra, el cuerpo se ondula junto a las notas y carga así un mimetismo muy especial, podríamos describirlo como una danza de sonidos, palabras, gritos, modismos, pasajes, que salen desde su teclado y como si fuera un ritual con un chamán, conduce y lidera el trance en el que nos adentramos.

A veces mujer guerrera, a veces poeta. Su voz envuelve, hechiza, acaricia, acumula fuerzas que a veces son opuestas en una narrativa dinámica, hip-hop, afro-caribeño, doo-wap, Debussy, ella los ha ensamblado a todos en su voz y en su técnica al piano, además de su trabajo con sampleos. En secuencias, usa elementos que parecen prestados de Horowitz en un ritmo de cumbia; nos describe así a La Chica, André Manoukian.

No te pierdas este  nuevo álbum de La ChicaLa Loba, y si tú también perdiste a alguien muy querido, escucha cada canción y así podrás saludarle.

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Ana García
Licenciada en K-Pop, con doctorado en girl groups, maestría en canciones de Disney y diplomado en boygroups. Mi mamá me dio la vida, Final Fantasy las ganas de vivirla. Me vicié con el LoL, Fortnite y leo libros depresivos, mangas y amor... del puro. *guiño guiño*