Después de ocho años, Alanis Morissette lanza su noveno disco de estudio. Te platicamos del recién estrenado, Such Pretty Forks in The Road.
Pocos artistas tan icónicos de los noventas como Alanis Morissette. La cantante nacida en Ottawa, logró encumbrar varios singles en las listas de popularidad. En especial con el exitoso Jagged Little Pill (1995), u obras cumbre como Supposed Former Infatuation Junkie (1998). Una década repleta de premios, menciones y ventas millonarias para la norteamericana.
Hay que decir, sin embargo, que su aura en la industria ha ido desvaneciendo. Con altos y bajos en los siguientes años, la década pasada estuvo prácticamente ausente en las listas de nuevos lanzamientos. Al menos sus giras continuaron, como aquella que llegó a la primera edición del Corona Capital Guadalajara.
Pero también en aquella presentación, Alanis Morissette demostró que su estilo y talento no han desvanecido. Su singular presencia y voz no han podido ser igualadas, algo que suena difícil para cualquier cantante contemporánea.
Desde la publicación de Havoc and Bright Lights (2012), su anterior trabajo, ha madurado como esposa y madre de tres. Algo palpable en Such Pretty Forks in the Road (2020), estrenado ocho años después.
Si bien, Alanis Morissette muestra vulnerabilidad emocional en sus temas, no alcanza la fiereza catártica de sus anteriores trabajos. Es una cantautora que no baja la mirada y conserva esperanza en el futuro. Sostén para su familia y de su propia salud mental.
Suena lógico que este momento provoque, como resultado, un nostálgico álbum cargado de baladas auto-contemplativas. Aun así, Alanis Morissette mantiene una calidad insuperable en sus interpretaciones. Además, toma nuevas influencias gracias a la producción a cargo de Alex Hope (Tegan and Sara, Marina, etc.).
El inicio con Smiling, por ejemplo, engancha rápido la escucha con elegantes guitarras y órganos oníricos. Otro de los momentos destacables es Reckoning, de tono más experimental. Estos bien logrados tracks encajan con los acentuados fraseos de Alanis Morissette. Son esas interpretaciones, contrastando fragilidad y fortaleza, los instantes que serán más celebrados por sus fans.
Su lírica es densa en contenido y anticlimática en ocasiones. Tan reflexiva sobre el paso del tiempo, que en ocasiones parece más testamento que reflejo del presente. Es el caso de Ablaze, uno de los singles lanzados, donde está claro quiénes son los destinatarios de su mensaje. Poco a poco revela sus miedos y dudas, como en Reasons I Drink.
Un potencial clásico es Missing the Miracle. Estructuras pop en armonía con estilo clásico en la voz de Alanis Morissette, identificable por todo conocedor de su repertorio. Sandbox Love también sobresale por su composición dinámica y guitarras brillantes, que remiten a artistas como Imagine Dragons.
Lamentablemente no es una obra que te atrape en todo momento. Aunque baladas a piano como Diagnosis y Losing the Plot justifican la riqueza en sus historias, su monótona producción las hace indistinguibles por momentos. Cuando llegamos a Her, es fácil perder el hilo de su narrativa.
Basta escuchar el contraste con Nemesis, en mi opinión, la canción mejor lograda del disco. A lo largo de seis minutos es mucho más fluida que otros temas, de menor duración. Capas de synth-pop te toman por sorpresa y enriquecen su ascendente experiencia sonora. Sobra decir que la voz de Alanis Morissette demuestra estar siempre a la altura de arreglos de tal calibre.
En el último track vuelve a desnudar su voz a lado del piano. Afortunadamente la instrumentación de Pedestal va llenando los oídos para un cierre digno, de un álbum no del todo constante.
Las letras de Alanis Morissette nunca abandonan su reflexiva intención. Al finalizar su novena placa de estudio es aún más consciente del camino recorrido. Agradecida, pero también expectante de la generación que ha crecido con sus canciones. Un mensaje hecho a la medida para sus seguidores.
Escucha Such Pretty Forks in the Road de Alanis Morissette por tu stream favorito.