Porter, Fanko, Afro Brothers y Tino el Pingüino protagonizaron la edición de este año del GDL Joven. Celebración multicultural repleta de talento local en la calle de Guadalajara.
Una vez más, la juventud y familias salieron a celebrar la música en Guadalajara. Con un cartel repleto de proyectos tapatíos, llegó la edición 2019 del Festival GDL Joven. En esta ocasión la sede fue la Avenida Vallarta entre dos importantes monumentos de la ciudad. La Glorieta Minerva y los emblemáticos Arcos, alguna vez entrada a la ciudad, fueron marco cada uno de un escenario.
La jornada pintaba a ser maratónica, ya que los primeros acordes sonaron justo al mediodía. A pesar de tener programadas actividades en ambos escenarios desde un principio, el principal contaba con retrasos en los soundchecks.
Fue así que la música se trasladó por completo hacia el lado de los Arcos. Bandas emergentes como Monroy, Autistas, O. Castolo y Color Hermano, tuvieron que lidiar con el tiempo recortado. A pesar de esto, cada banda dejó un buen sabor de boca. Recomendamos que les sigan la pista.
Ya hacía las tres de la tarde, el GDL Joven fue tomando mayor regularidad en los horarios. La afluencia comenzó a aumentar al tiempo que la tarima junto a la Glorieta Minerva recibió a su primera banda. Avante y Mujer Tequila fueron de los primeros en tomar este escenario. Mientras tanto del lado de los Arcos, Bosco Music, Reset y Macho Banana sorprendieron a más de algún incauto.
El sol ya no pegaba tanto después de un caluroso inicio, pretexto perfecto para calentar la fiesta. Los Pezón, también proyecto local, fueron de los primeros en motivar los brincos y el slam. Para estas alturas era notoria la presencia de familias, “tribus urbanas”, y en general, tapatíos con ganas de pasarla bien.
Durante el atardecer predominaron los proyectos de ska, reggae y funk como La Bendita, Quinta Calavera y Vibra Positiva. Ya a las ocho y con el sol aun el cielo, Thell Barrio rompió un momento con el molde. Su heavy metal combinado con rap y ritmos latinos irrumpieron con éxito en el escenario Minerva.
La fiesta cobró fuerza y GDL Joven se dio tiempo para recibir una exhibición de la Batalla de los Gallos. Estas muestras de freestyle fueron un acierto para el festival. Esta vez el campeón nacional Rapder, Luna, Hazard y Skel, mantuvieron la expectativa para cada rima (aun cuando fuera amistoso).
Velada Tapatía
La noche llegó junto con las bandas más esperadas del lado de la Minerva. En primer lugar, Fanko, con integrantes de Plastiko, Troker y Belanova, demostraron su estatus ganado en la música jalisciense. Posteriormente Los Afro Brothers regresaron exitosamente a un festival masivo en su ciudad. Los consentidos del reggae a nivel nacional, prometen lanzar nuevo disco en septiembre.
Mientras la concurrencia saturaba los alrededores de la Minerva, el escenario Arcos recibió a interesantes propuestas para su cierre. El hard rock de Dinamo y la intrigante psicodelia de Neptuna atrajeron a pocos, pero entusiastas escuchas. El punto final de este escenario vino a cargo de Tino el Pingüino. A pesar de la hora, el rapero capitalino era esperado por una gran cantidad de sus fans tapatíos.
Al fin, alrededor de las once y media llegó el momento más esperado por muchos tapatíos. Porter regresó a su ciudad de origen y lo hizo ante la mayor multitud del festival. Chesko, Host of a Ghost y Pajaros fueron parte de los temas que interpretaron con la Minerva como testigo. El proyecto estelar de este GDL Joven, emocionó a sus fans con Espiral, y posteriormente cerraron con Palapa y Huitzil.
Era momento de cerrar la jornada, pero muchos querían seguir de fiesta. Al final de cuentas, era sábado en la noche. Casimiro Zamudio y Mi Banda El Mexicano fueron los encargados de satisfacer estas eufóricas necesidades de la noche. Aunque la tormenta vislumbraba cerca, los más aferrados siguieron “bailando de caballito” hasta que GDL Joven dijo “No Más”.
Y al final ¿fue un éxito?
A pesar de no ser tan extensos o esperados como otros eventos gratuitos en la ciudad, GDL Joven toma un modelo compacto más manejable. El espectáculo y la audiencia estuvieron a la altura, y el marco fue inmejorable, por lo que esperamos tener más ediciones.
Se agradece que festivales tapatíos tomen como materia principal al talento hecho en Guadalajara. Tal vez “el negro en el arroz” es la logística que evitó mayor exposición de los proyectos emergentes. No solo se trata de dar espacios, sino también ofrecer atractivo que genere conexión con el público.
Aún con sus grises, es de celebrar un evento tan abierto a diferentes vértices de la música y la cultura. El mensaje de “no más violencia” debe servir para disfrutar una excelente convivencia, como lo fue GDL Joven 2019.
Fotos por Raúl Ponce
