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Después de romperla en dos Corona Capital, Wild Nothing regresa a la CDMX para una presentación autónoma, que promete transmutar los sentimientos negativos.

 

wild nothing

Todos los días, una nueva propuesta independiente surge, algunas solamente pasarán sin hacer el menor ruido, y saldrán expulsadas de la industria en un abrir y cerrar de ojos, pero otras, aquellas cuyo talento logra quebrantar las leyes del universo, se quedarán para siempre en la memoria de sus seguidores, una de ellas es Wild Nothing.

Todo comenzó en el 2008, cuando Jack Tatum (voz/guitarra) recolectaba canciones de sus referencias favoritas, para adornarlas con su propia esencia y salir de la burda etiqueta de la imitación. A la par que sus covers causaban alago por parte de los escenarios locales, una sensación de inspiración por crear su propio material, crecía en él.

Tatum, incluso, probó suerte en otras bandas, sin embargo, la visión del actual capitán de este barco llamado Wild Nothing, iba demasiado lejos, al grado que, si no sentía que algún concepto proyectaba la verdadera naturaleza del arte independiente, retiraba su creatividad. Si las cosas pasan por algo, esta es una prueba irrefutable, pues gracias a que siguió sus principios, pero sobre todo su corazón, en el 2009 formó su propio proyecto.

En un principio, Tatum, caminaba solo por los pasillos de la música emergente, pues consideraba que muy pocas personas podían compartir las mismas ideas que tenía acerca de trabajar en equipo, y que sus concepciones necesitaban un alto grado de hermetismo técnico, que no cualquiera está dispuesto a respetar.

Cuando lanzó sus primeros demos, no esperaba que la crítica los recibiera con tanta aceptación, pero, su espíritu ya estaba preparado para el gran salto; de grabar en un pequeño cuarto, a  hacerlo en los estudios profesionales de una de las marcas más importantes en la edición de productos artesanales: Captured Tracks, con la que esculpiría su primer álbum Gemini (2010).

Parecía que poco a poco, las piezas del rompecabezas iban encontrando su lugar exacto. No obstante, aún existían huecos en su plan, el principal, las presentaciones en vivo, ¿Cómo iba a capturar cada uno de los elementos instrumentales, que sus canciones exigen, estando solo en la tarima?

Era hora de encontrar una alineación, una que fuera capaz de llenar las expectativas del fundador de Wild Nothing. Dentro de una larga lista de músicos dispuestos a seguirlo, sin importar las circunstancias que pudiesen enfrentar, eligió a Jeff Haley (bajo), Nathan Goodman (guitarra), Max Brooks (batería): un team con gran potencial y luz en su ejecución, con el que, hoy sigue contando, sin olvidar la participación de otros integrantes.

Actualmente, Wild Nothing cuenta con cuatro producciones discográficas apoyadas por la misma casa editorial que le abrió la puerta en el inicio, siendo Indigo (2018) su último material. El lanzamiento de este disco, está acompañado por una gira por distintas partes del mundo. Después de haber recibido la ovación de los asistentes del festival Corona Capital en dos ediciones; 2015 y 2016, México no podía faltar en la lista de lugares a visitar.

La agrupación eligió es mes de mayor para hacer dos presentaciones en nuestro país, no puedes quedarte fuera. Asiste y siente la magia de Wild Nothing, con tus propios sentidos, o ¿Dejarás que te lo cuenten?

Wild Nothing en CDMX

Fecha: Viernes 3 de mayo del 2019

Hora: 20:00 h

Venue: El Plaza Condesa

Boletos: Ticketmaster

Precios:

  • Pista: MX $700.00 + MX $130.00 IVA (gastos no reembolsables)
  • Personas con discapacidad: MX $700.00 + MX $130.00 IVA (gastos no reembolsables)
  • Salas: MX $850.00 + MX $157.00 IVA (gastos no reembolsables)
  • Palco: MX $850.00 + MX $157.00 IVA (gastos no reembolsables)
  • Balcón: MX $950.00 + Mx $174.00 IVA (gastos no reembolsables)

Wild Nothing en Monterrey

Fecha: Sábado 4 de mayo del 2019

Hora: 20:00 h

Venue: Escena Monterrey

Boletos: Boletia

Precios:

  • General: MX $700
  • Balcón: MX $850
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Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.