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México forma parte de la gira norteamericana -que ya tiene fechas agotadas en varias ciudades de Estados Unidos- de la banda francesa L’Impératrice.

L’Impératrice primero (el jueves 25 de abril) se presentará en el Foro Didi – Terraza Pabellón M de Monterrey y al día siguiente (el viernes 26 de abril), en el Auditorio Blackberry de Ciudad México.

Los boletos ($550) para la fecha en CDMX ya están en preventa en Sistema Ticketmaster.

Charles de Boisseguin (fundador) y Flore Benguigui (cantante) lideran esta aceitada máquina gala de disco-pop retrofuturista, funkjazz y Chanson française.

Solo seis años (la banda se formó en 2012 y explotó en 2018) le llevó a Charles hacer que el proyecto se convirtiera en una bomba conocida en toda Francia y, cada vez más, allende las fronteras del Hexágono. De todos los factores que impulsaron al sexteto en este ascenso meteórico que lo llevó desde el under parisino hasta el mainstream francés y desde la escena puramente francesa hasta la internacional, dos resultaron primordiales. Por un lado, la inteligente incorporación de Flore como cantante. Por otro, las decisiones de su líder-fundador, como chef d’orchestre, no han sido ni tímidas ni no-afiladas.

Tras varios singles, EP’s y maxis, para Matahari (2018) -primer larga duración del grupo cuya promoción es lo que trae a la agrupación a tierras mexicanas- De Boisseguin decidió grabar en los famosos estudios parisinos Ferber bajo la producción del no menos conocido Renaud Letang (Manu Chao, Alain Souchon, Seu Jorge, Jane Birkin, Jarvis Cocker, entre otros). Además, buscó que los arreglos tuvieran la supervisión del brasileño Eumir Deodato (Kool & the Gang, Frank Sinatra, Björk, Aretha Franklin, etc.), quien es considerado máxima autoridad del jazz-funk. De ahí esa sonoridad a funk del bueno, a funk de antaño, con cierto toque tropical, en este disco.

No menos brillante en este álbum es la mezcla de lo vintage y lo futurista, que se aprecia especialmente en las rolas que se basan fuerte en sintes.

Con L’Impératrice se viaja, se baila, se toma una caipirinha en la playa. La suya será una fiesta para no aburrirse, para sentir que somos testigos de una especie de gran renovación de la French Touch y que formamos parte del ascenso internacional de una bandota que -¡cantando en francés, no en inglés!- no para de crecer.

El que no vaya, no tiene perdón.L’Impératrice

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Lola Mendoza
Periodista enamorada hasta la locura de todo lo francés.