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Roma, la última producción de Alfonso Cuarón está en boca de toda la comunidad cinematográfica. Ya la vimos y aquí nuestras impresiones.

Uno de los pequeños placeres de la vida se encuentra en detenerse un momento, un ínfimo instante entre la velocidad y la violencia rítmica de la ciudad, para poder apreciar aquellos sonidos, colores, texturas y micro historias que nutren a una sociedad ávida de romper las cadenas de la rutina.

En este vínculo es donde encontramos la nueva entrega del director mexicano Alfonso Cuarón.

Ambientada en los primeros años de la década de los 70s, Roma (2018) se convierte, de principio a fin, en una carta de amor dirigida a los sobrevivientes de un camino fragmentado por las clases sociales, un poema del pasado que va transformando sus versos en sonidos urbanos que retumban en los viejos edificios de la Ciudad de México, y que susurran a tu oído el dolor de una tierra en llamas.

La nueva joya de la corona para la plataforma de Netflix, nos adentra en el proyecto más personal e íntimo de la filmografía de Cuarón, narrándonos la historia de una joven e ingenua trabajadora doméstica, de origen mixteco, llamada Cleo (Yalitza Aparicio), que sirve como punto de cohesión ante los conflictos personales y sociales de una pequeña familia de la colonia Roma en la CDMX, y que poco a poco va rompiendo con la jerarquización impuesta por un poder adquisitivo a través de la muestra de sus propios demonios internos, los cuales no distan demasiado de las heridas y cicatrices que podemos encontrar en una clase media alta.

Roma es a Cuarón, como Birdman (2014) es a Iñarritú, hablando estrictamente del punto máximo narrativo y estético en la carrera de ambos directores. Mencionar que este filme puede convertirse en el punto culminante del afamado director mexicano, puede llegar a ser premeditado y muy subjetivo; sin embargo, no podemos dejar de lado que la experiencia visual y sonora de altísima calidad, acompañada de una historia que toca hasta la última fibra de tu cuerpo, deja en todos los sentidos del espectador un sabor gourmet al salir de la sala de cine.

Con algunos apuntes del talentoso director de fotografía Emmanuel Lubezki (quien no pudo participar en la realización de esta película por motivos de agenda), aunados a una imagen llevada en un elegante blanco y negro, la pantalla grande va creando un vacío nostálgico y emocional el cual es llenado por conflictos familiares o hechos históricos de la época. “El Halconazo” de 1971 o los constantes sismos del centro del país, son recuerdos de una nación herida plasmados en la película con el propósito de ser utilizados como herramientas narrativas para llevar al máximo el arco dramático de los personajes.

La cámara se convierte en una máquina del tiempo que coloca en el ojo del espectador memorias visuales por medio de programas de televisión, marcas de consumo masivo o campañas políticas dentro de una ambientación elaborada a detalle, y que es visitada por secuencias con desplazamientos similares a los que encontramos en Children of Men (2006), del propio Cuarón.

Al final, pero no menos importante, encontramos un diseño de planos sonoros que te envuelven casi a 360 grados, creando una sensación, casi esquizofrénica, de estar a la intemperie citadina, y convirtiendo el sonido de un ave, un avión, un vendedor ambulante o hasta de una coladera, en un personaje más creando una empatía y cercanía casi física con los protagonistas. Es difícil pensar que Roma fue diseñada en un inicio para una plataforma de Streaming, teniendo a consideración la poderosa manufactura del proyecto.

Dejando de lado el reconocimiento del gremio cinematográfico a nivel internacional, así como los diferentes galardones a los cuales se ha hecho acreedora la película (León de Oro, Festival de Cine de Venecia), no podemos dejar de pensar que la mayor virtud de esta historia es su honestidad ante el público, así como la muestra de que no importa el status social o la posición económica del ser humano, al final todos sangramos y lloramos por las mismas cosas.

Sin duda, Cuarón y su nueva entrega competirán en la próxima entrega de los premios Oscar, mientras tanto su estreno oficial en la plataforma de Netflix, se mantiene para el 14 de diciembre del presente año. En algunos cines independientes (no de cadena) ya tienen horarios para finales de noviembre e inicios de diciembre. Estaremos atentos ante cualquier noticia de esta esperada historia.

 

  • Dirección: Alfonso Cuarón
  • Reparto: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Marco Graf, Daniela Demesa, Carlos Peralta, Nancy García
    2018/Mex
  • Duración: 135 min
  • Guión: Alfonso Cuarón
  • Edición: Alfonso Cuarón, Adam Gough
  • Fotografía: Alfonso Cuarón
  • Sonido: Sergio Díaz, Skip Lievsay, Craig Henighan, José Antonio García
  • Esperanto Filmoj, Participant Media
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Pesimista patológico al puro estilo de Woody Allen. Amante del cine, fotografía y arte. Adicto a la televisión y los deportes, en especial el fútbol.