Con una apuesta totalmente sensorial, la banda mexiquense nos presenta Everest, el primer corte de su nuevo trabajo, llamado El viajero.
Cuando hablamos de videoclips, estos pueden tomar múltiples formas: desde contar una nueva historia, diferente a la de la canción que acompañan, acompañar a la canción complementándola, o crear un mundo y una historia totalmente nueva, usando solo como excusa la canción que les ve nacer. También, y finalmente, los menos deseados, aquellos donde solo se ve a una banda tocando por espacio de 3-4 minutos en un set o como si estuviéramos en un concierto.
Rizzo nos presenta en Everest, su más reciente video, una experiencia sensorial que acompaña y complementa al primer corte de promoción de su más reciente larga duración llamado El viajero. Everest es una canción que, según comenta la banda, trata sobre esas “experiencias nuevas que te ilusionan en la misma medida en que te revelan la fragilidad del instante.”
El video, producido por Marcelo Quiñones y protagonizado por la modelo Ximena Duggan, le apuesta a planos muy breves, muy cerrados y donde abunda la iluminación artificial, la sombra y redundantes efectos de caleidoscopio para ilustrar lo efímero de los momentos y las múltiples posibilidades que tiene cada instante de derivar en otros totalmente diferentes.
Everest, en lo musical, destaca como una canción de fuertes beats, guitarras distorsionadas y con toda seguridad, como una canción que, además de ser bien rockera, sonaría muy bien en una pista de baile. Al final, ¿quién ha dicho que “rockero no baila”? La rola, además de servir de introducción al nuevo trabajo de Rizzo, contó con la producción de Marcos Zavala, baterista de Bengala y conocido también por su proyecto solista como Solitario.
Con el video de Everest, Rizzo se abre paso certero y nos deja con el pendiente de conocer más de lo que viene para ellos en todo este tiempo que promuevan El Viajero. De momento, los invitamos a escuchar su nuevo disco y su EP homónimo en su plataforma de streaming de confianza, no sin antes dejarles Everest, para que se den cuatro minutos y medio de emociones en forma de video: