Damien Rice regresó al Plaza Condesa de la mano de su Wood Water Wind Tour, que inició en Italia y España, para llegar – afortunadamente – a México; y con el que continuará por Colombia, Estados Unidos y Australia, hasta el 2019 (de acuerdo a las fechas hasta el momento anunciadas en su página web).
Esta gira, que viaja de concierto en concierto en un viejo velero de madera, es un sueño que se ha estado filtrando bajo una tapa polvorienta durante más de 10 años. Todo ese fascinante movimiento de velas, cuerdas y olas me da la sensación de ser llevado a los elementos, en la espalda de una criatura marina mítica y gigante. Es un lugar en el que me siento profundamente vulnerable e inmensamente libre, mencionó el compositor, a través de un comunicado.
Probablemente ese sentido poético que llevan sus letras y reflexiones, den explicación a una trayectoria sin prisa; la cual ofrece una esencia única, con sustancia densa en cuanto a carga emotiva pero liviana para el alma. Pues tras el lanzamiento de su álbum debut O (2002), con el que atrapó la mirada de la crítica especializada y del público, a través de temas como The blower’s daughter – soundtrack de Closer (2004) – y Volcano – Top 20 de VH1 en 2003 -; Rice reeditó el disco cuatro veces más, con material adicional.
Posteriormente vio la luz 9 (2006), al que pertenecen temas como 9 Crimes y Elephant, este último, considerado como la continuación de The blower’s daughter; y es que durante una entrevista, Damien Rice expresó no haber estado conforme con el material, pues admitió sentirse presionado por la disquera. Mismo motivo por el cual, años atrás abandonó a la banda Juniper; pues la fama y la popularidad nunca han sido parte de su estandarte como artista; sello que lo caracteriza hasta hoy.
Ejemplo de ello, fueron los ocho años que pasaron para que lanzara My Favourite Faded Fantasy (2014); su tercer álbum y probablemente el más polémico, pues las opiniones de la crítica se dividen, entre los que esperaban un hit y aquellos que comprendieron que ningún tema es aislado, sino que el LP completo es en realidad una pieza única; oda al desamor, o como él mismo expresaría durante la noche del pasado lunes 26 de noviembre: En ocasiones mis amigos me dicen que escribo canciones de amor, así que un día puse atención y me pregunté dónde está el amor si mis letras hablan de celos, dolor y maldiciones. Bueno, de eso trata el amor”; porque en la gama de colores que ofrecen sus composiciones, no existen tonalidades rosas.
Y luego del abrumador preámbulo – haciendo justicia a la paciencia de la que ya nadie parece disfrutar como Damien Rice -, es preciso mencionar que El Plaza Condesa; tan acostumbrado a la estridencia de un sin fin de proyectos que han pisado su escenario; puso a prueba su perfecta acústica para un concierto más que exclusivo.
Aunque los asientos generalmente no suelen ser los mejores anfitriones cuando de conciertos se trata (descartando a los de música clásica), éstos no restaron mérito al espectáculo que el irlandés ofreció: La última vez que estuve aquí todos estaban parados y cantaban tan fuerte que no podía escucharme. Prefiero esta intimidad, pero hay un encanto en su pasión. Espero puedan cantar esta canción conmigo, y así fue.
Pocos conciertos he presenciado con tal nivel de intimidad, aunque suela ser una palabra recurrente en las reseñas de conciertos acústicos; el hombre y su guitarra (y en ocasiones el piano), no fueron los protagonistas de la noche, ni lo fue el público y su efusividad que desembocó hermosos coros que acompañaron los versos del cantante en algunos temas como Elephant o Trusty and True, que más allá de las acostumbrados cantos al unísono, terminaron en vocalizaciones que complementaron la interpretación. Tampoco lo fue Eliza, al subir del público para interpretar Cold Water junto a Rice, con tal dulzura que fue imposible no recordar los duetos que el compositor hizo con Lisa Hannigan, en canciones como 9 Crimes o The blower’s daughter. La verdadera protagonista fue la música.
Muestra de ello, fue el momento posterior al breve encore, en el que Damien Rice subió al escenario completamente a oscuras, y así, sin recurrir a las luces, ni al micrófono o al apoyo del amplificador de la guitarra, comenzó a interpretar Cannonball, con ese melancólico romanticismo que mantuvo al resto de los presentes en silencio absoluto para poder apreciar su canto.
Más allá de las composiciones de su particular indie folk, en su show ofrece interpretación, emoción y honestidad, provenientes de una alma que revive y siente con intensidad cada tema.
Setlist:
Amie / Sex Change
The Professor & la fille danse
Rootless Tree (Piano version)
I Don’t Want to Change You
The Greatest Bastard (Damien forgot some of the lyrics)
I Remember
9 Crimes
Sand
The Box
The Truth Is Not Enough
Your Astronaut
Cold Water (With a fan named Eliza)
Trusty and True
Volcano
Encore
Cannonball (Unplugged, with no lights)
Elephant
The Blower’s Daughter