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The Voidz, Rey Pila, y Promisland lograron una noche hilarante y de gran virtuosismo sobre el escenario del Pabellón Cuervo.

Es muy raro presenciar 3 actos en un concierto donde quedes maravillado con la actuación de cada una de las bandas que se presentan.

La noche del jueves así sucedió. Promiseland, el también firmado con Cult Records, abrió la presentación cual volcán.

El futuro príncipe de la anarquía, como lo considera Casablancas, se adaptó al escenario. Desnudo del torso soltó sus beats para fusionarlos con su voz desgarradora.

La ambientación fue cómplice perfecto para que Promiseland se sintiera en casa. A pesar de ser poco sonado, los asistentes inmediatamente se acercaron al pide del escenario.

Cuestión que se agradece, porque quiere decir que hay más gente abierta a escuchar propuestas. Y así, atentos y con ojos-oídos bien abiertos vivieron un acto telonero que anunciaba lo que vendría más adelante.

Tras unos ligeros cambios en el escenario. La fluencia era mayor hacia el centro del pabellón. Ajustes en amplificadores, ecualización de micrófonos, y revisión de sintes, fueron los pasos para esperar un poco la salida de Rey Pila.

Seguros de sí mismos, con elegancia y tranquilidad tomaron posiciones. Primeras melodías y ya la gente estaba entusiasmada brincando y alzando las manos.

Cada canción fue coreada y bailada. Y cómo no hacerlo si el sonido era perfecto. Claridad en la voz, las guitarras, bajo y sietes. Justo por eso se caracteriza The Future Sugar, su último álbum.

El carisma de Diego Solorzano hace que te sientas cómodo. Hay canciones en las que se puede romper la cuerdas vocales, pero bien sabe que guarda fuerza para la recta final.

La combinación de los beats electrónicos con la batería le dan un sonido a Rey Pila que marca su paso. Muy lejos queda ya el proyecto solista, ahora como banda están súper amarrados, contundentes.

Diego bajó a la valla de protección, fue épico. Su mirada al horizonte, cierra el ojo a alguien, lanza una sonrisa, te hace cómplice.

Rey Pila se nota más relajado. Cuenta con un gran equipo al pendiente de eventualidades. Desde la consola de audio hasta si se cae el atril del contratiempo.

Un mar de gente seguía gritando y brincando. No por la cantidad, sino porque parecía coreografía que asemejaba las olas. De un lado a otro, hacia el frente y hacia atrás. Todo mundo estaba viviendo una gran noche.

A los lejos pedían saliera The Voidz, además de gritar en repetidas veces el nombre de Julian.

Un tanto más tardaron en reordenar y quitar equipo. Eternos minutos para los que morían por tener al frente a Julian Casablancas.

Vivir a The Voidz en concierto es un paisaje sonoro en constante cambio. Canciones al hilo y otras interrumpidas por a veces casi inaudibles palabras de Julian Casablancas, lograron que varios saltaran de emoción desbordante.

Los falsetes de Julian se empaparon con los sonidos del sintetizador y riffs estridentes. De repente si te dan flashbacks a The Strokes, pero la actitud y desenvolvimiento de toda la banda te lleva a un rincón nuevo.

Ritmos palpitantes, duros, ásperos y siniestros que suenan como queriéndose clavar en el corazón. Así lo hicieron con más de uno de los asistentes.

A cualquier lado que voltearás te dabas cuenta de como cada quien vivía un momento especial. Las canciones de The Voidz están hechas para que las hagas tuyas.

Lágrimas, respiros de paz, risas, asombro, y sueños cumplidos se sintieron cobijados por la banda que se entregó totalmente al público mexicano.

No hay voces suaves ni brillantes. Con The Voidz abundan bajas y rasposas, con gemidos desesperados que dan entrada a los solos súper altos.

Locura bien armada que si bien por momentos llegas a pensar que no hay sentido, todo retorna en algo finamente pensado. Un setlist completamente diferente.

Algunos de los momentos más conmovedores llegó con Human Sadness. De tal forma que la zona general estalló al unísono en la mágica noche que traía planeada The Voidz.

Fotos: OCESA

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Productor de radio / Locutor de DoReBeat, 94.9 FM @ Mty. Manager de bandas independientes & tatuadores.