Agradecidos con la vida por haber reunido al público que tanto los desea en un lugar más grande al de su última presentación; Reyno quien superó las expectativas, adornó cada canción con la pasión que los caracteriza.
Aproximadamente, hace 5 años una revolución de independencia recayó sobre la industria musical mexicana, transformando para siempre la manera de producir, generando un movimiento gravitacional de causa-efecto en los autores con creaciones orgánicas que buscaban huir de la penumbra.
Muchos fueron los grupos que alzaron la voz a beneficio de los morían por obtener un lugar en ese elitista sector de artistas que se encontraban en la cima, pero no todos estaban dispuestos a pagar el precio de ser únicos. La critica les mostró la realidad, no les gustó y como si fueran piezas de lego se derrumbaron en muy poco tiempo.
Christian Jean (voz/guitarra) y Pablo Cantú (batería) iniciaron carreras musicales por separado, estudiando metodológicamente todos los detalles que la educación musical requiere. En la práctica, fue decisión del destino juntarlos; ambos con estilos diferentes, pero con un mismo sueño: levantar un proyecto genuino a través del talento.
Hoy, han cumplido con el propósito, Reyno es una de las bandas que surgió en el auge de lo no convencional, en aquel 2013, donde parecía que todas aquellas agrupaciones iban a solidificar un futuro, sin embargo, no fue así.
Afortunadamente, para esta propuesta el huracán critico no implico más que crecimiento y templanza. En el 2014 lanzaron su primer boceto discográfico Viaje por lo Eterno, mismo que tuvo un alcance internacional sublime, a tal grado de ser medida de selección para grupos como Empire of the Sun.
Para este 2018, son tres discos de estudio, lo que se han acumulado en la historia de la banda originaria de la CDMX, siendo Fuerza Ancestral el más nuevo y motivo por el que se presentaron el pasado viernes 28 de septiembre en el Pepsi Center. Bizarro FM estuvo al pie de la tarima para traerte lo mejor de aquella noche.
Fueron casi 30 minutos de obscuridad y silencio. Cuando el reloj marcó las 8:30 pm. la maquinaria encargada de controlar las luces despertó del sueño y dio la señal para que Reyno entrara a la acción.
Un campo magnético cubría el lugar, la energía de los fans podía sentirse, respirarse, incluso, oírse en forma de gritos de ansiedad por no poder tocarlos.
Para aumentar la potencia en las ovaciones, Daniela Spalla, tomó el mando y dirigió a cada uno de los integrantes en un virtuoso cameo, un choque de dos potencias en la categoría underground.
Cuando el momento acústico se hizo presente, un umbral de desamor formó una cúpula celestial que cubría a todo el venue. Los primeros arreglos de Me desprendo, debilitaron los sentimientos más profundos de la audiencia.
A la mitad de la interpretación, los corazones rotos, pero dispuestos a salir adelante, trataban de cerrar las heridas que el pasado había causado, dejando ir en cada coro el recuerdo del amor que tanto daño ocasionó.
Siguiendo la ley que la naturaleza impuso: “Después de la tormenta viene la calma”, Fluye entró en el torrente sanguíneo de los que cargaban con el dolor de la despedida.
“El pasado ya es pasado y el presente está en mi piel”
Antes de salir del escenario y regresar a su aposento creativo, Reyno, se entregó por unos minutos más, después desapareció. Estamos seguros que fueron en busca de nueva inspiración a ese universo paralelo del que provienen.
Agradecemos conciertos de este nivel y solo nos queda confiar en que el sol siga alumbrando a Christian y a Pablo en la misma dirección que lo ha hecho desde el 2013.