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Natalia Lafourcade inició el cierre de Musas, uno de los proyectos recientes más ambiciosos que hemos visto en cuanto a música folclórica se refiere, con un set de casi 40 canciones que celebraron a la música, el baile y lo relevante que es conocer nuestras raíces latinoamericanas.

El Teatro Metropolitan se vistió de gala para recibir a la cantautora mexicana, aunque en esta ocasión el escenario se mostró sencillo, casi colonial. Parecía que estábamos en la sala de cualquier músico de mediados del siglo XX: luz tenue, buenos amigos, una botella que acompaña y canciones que celebran ese momento.

Natalia decidió dividir su concierto en seis secciones, perfectamente planeadas y delimitadas por una selección rica en mensajes y música:

PRIMER BLOQUE: MACORINOS

Con la mencionada ambientación, Natalia salió de la mano de Los Macorinos a interpretar un set tan íntimo como los dos discos de Musas. El folclor de Alma Mía o Luz de Luna se mezcló en el teatro como un elemento esencial que danzaba con los bailes esporádicos de la cantautora. En cada canción se sumaban integrantes nuevos al escenario, quienes aún de manera silenciosa, ambientaban lo que sería una noche especial.

SEGUNDO BLOQUE: HASTA LA RAÍZ

Cobijada por el álbum lanzado en 2015, Natalia literalmente se soltó el pelo y comenzó un viaje al disco con el que empezó el movimiento de Musas. Iniciando con Estoy Lista y cerrando con Nunca Es Suficiente, nos hizo recordar esos sold-outs en el Auditorio Nacional cuando el proyecto al homenaje latinoamericano apenas se gestaba; un excelente juego de luces acompañaba a la banda completa.

TERCER BLOQUE: POPURRÍ

Un cauteloso pero emocionante viaje al pasado nos hizo recordar a Natalia de los 2000 con canciones como Amarte Duele o la coreadísima Ella Es Bonita; aunque de repente también pensamos en Agustín Lara de la mano de Limosna y Amor, Amor de mis Amores para cerrar perfectamente con Nunca Es Suficiente.

CUARTO BLOQUE: ACÚSTICO

Natalia nos hizo recordar la querida película de Coco gracias a la interpretación (la cual incluso la llevó a la premiación de los Óscar a inicios de este año) de la conocida canción Recuérdame. Para este breve bloque invitó a David Aguilar a acompañarla en el escenario, para que éste cerrara con su canción Eco y un singular juego de palabras amorosas.

QUINTO BLOQUE

Ya sin una temática específica en general, Natalia dio rienda suelta a su creatividad como cantautora y nos deleitó con una hermosa selección de música latinoamericana con Duérmete Negrito, Danza de Gardenias y la emotiva Tú Si Sabes Quererme, todas acompañadas de una energía especial, de esas que tienes cuando la música y el público se hacen uno.

Este bloque lo cerró de manera emotiva con el tema con el que acompañó a Juan Gabriel en 2015 en su disco Los Dúo con la canción de Ya No Vivo por Vivir.

SEXTO BLOQUE

Para cerrar la celebración Un Pato nos recordó aquellos años de inicios de la veracruzana, para avanzar a No Más Llorar y ponerle fin a una noche perfecta de la mano de “El Flaco”, Agustín Lara, con Mujer Divina.

Natalia Lafourcade podrá no gustarle a algunas personas pero sin duda esta noche demostró que su calidad y talla como artista y cantautora es innegable, rodeada de una reflexión a nuestro pasado como mexicanos y latinoamericanos, siempre, con miras a un futuro grande, ese al cual todos estamos llamados.

 

Fotos: Cortesía de OCESA
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