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Entran a un festival: un grupero, un emo, un rockero bohemio, un amante del pop, un reggaetonero que dice que ya no hacen el reggaetón como antes, un reggaetonero que dice que el reggaetón de hoy es mejor que el de antes… y salen todos felices. Esto fue el Machaca 2018, en donde hubo para todos. 

Por: Tino Villarreal

Desde que salió el lineup, a muchos nos extrañó la diversidad de opciones musicales que se presentarían… casi, casi parecía un Pal Norte Lado B.

Y no solo hubo variedad musical, también se vivía un ambiente de fiesta mundialista: del cielito lindo, las porras al Chucky Lozano, las camisas de la selección, las banderas; y por otro lado una invitación a salir a votar y luchar por un México más unido, por un México que está para grandes cosas.

La gente estuvo feliz, optimista, los empujones fueron mínimos… los coreanos y el calor de treinta y tantos grados nos hicieron los mandados. Y así, sin ninguna nube que tapara el sol, el comal se prendió y la Machaca se empezó a cocinar a lo largo de 3 grandes escenarios.

Inició llena de rock con Niños Héroes, pop con Dawn Avenue y el ritmo sabrosón de los Galactic Beans. Se fue amenizando la tarde con las nuevas propuestas musicales, que vale la pena escuchar en Spotify, y echarle un vistazo al concepto de pachanga extraterrestre que traen los galácticos.

Momentos más tarde Argentina daría el primer paso en el festival con Daniela Spalla, que además de su éxito Estábamos tan bien se echó un cover de la Sonora Dinamita. Después, Buenos Aires siguió con el sonido alternativo de Banda de Turistas mientras sonaba el metal de Deadly Apples y la cumbia de Gran Sur.

El Machaca estaba tomando forma, pero se puso aún mejor al llegar uno de los grupos más esperados de la tarde: Los Románticos de Zacatecas, los que aguantaron el calor (a pesar de traer manga larga) y pusieron a bailar a muchos con éxitos de su primer álbum Muchacha así como una muestra de su reciente material. Guadalajara se hizo presente con Technicolor Fabrics y su pop indie, para suavizar el ambiente… mientras al otro lado del festival lo encendía aún más el hip hop de LNG/SHT recordándote que nunca hay que olvidar las Llaves, teléfono y cartera; Cancún estuvo en la casa, y vaya que la representó bien.

Después sonaría Me da miedo el amor uno de los éxitos de Indios (banda de Argentina, arropada en ocasiones por Zoé), desde Uruguay estaba No te va gustar en otro escenario ofreciéndonos un poco de romance con Ese maldito momento, y más allá veíamos a Guillermo Novellis enfundado con sus característicos lentes atemporales, cortando una racha de no saber nada de su SKA porteño.

Sin duda, Para no verte más transportó a muchos regios al Antrópolis (antro del Barrio Antiguo de Monterrey) cuando estaba en su máximo apogeo, por allá de los inicios del 2000. Esperemos que a La Mosca no nos ignore tanto, y sí nos vea más.

Third Eye Blind mereció doble reconocimiento, por aguantar el calor y por llevarnos de vuelta a los noventas con éxitos como Graduate, Jumper y por supuesto Semicharmed life (la famosa canción del Crystal Meth). Al final pensé que Kryz Reid se nos desmayaba; mientras Stephan Jenkins se despedía diciendo “creía que nadie iba a venir por el calor, muchas gracias por estar aquí”.

Luego llegaría el ritmo tropical y la buena onda de Caloncho, y los sonidos únicos y siempre frescos de Hello Seahorse! visitantes frecuentes de la ciudad, gracias a la gran aceptación que tienen de los regios. Así que, si se los perdieron, no dudo que los tengamos de vuelta antes de que se acabe el año.

Con ritmos sensuales y una barba de Santa Claus, llegó Adrián Dárgelos con sus Babasónicos, soportando el clima y haciendo muecas que se quitaría la “remera” mientras interpretaba “¿Y qué?”…sabemos que algunas noches es fácil.

“¡Ese mi Ron Pearlman!” le gritaba un fan a Caraca el bajista, mientras el ambiente crecía todos gritaban a coro el tema de Pendejo y pedir la de Putita, la más coreada por los asistentes.

La nostalgia llegó con uno de los mejores compositores de Argentina: Vicentico. El de los Cadillacs, presentó un show sencillo pero meloso y con esa voz que solo él ha logrado mantener a lo largo de los años. Inicio con El Otro, Tiburón (de Rubén Baldes), hasta llegar poco a poco a la más coreada Los Caminos de la Vida. Quizás fue muy apresurada su actuación, porque nos dejó con ganas de seguirlo escuchando, al menos por una hora más.

Por otro lado, estaba Mon Laferte pidiendo que le contáramos la verdad con Tu falta de querer. Sin duda, lo que le sobró fue amor a la de Viña del Mar… gracias a sus impecables notas altas de voz… y en el otro escenario había amor, pero de otro tipo con La Banda Bastón. Los de Baja California, que iniciaron por ahí de los noventas, se consagraron a mediados del 2000 y agarraron un segundo aire en el 2013, sobre todo con la rola de Me Gustas. Con música violenta (como ellos dicen), dejaron el escenario ardiendo y con los ánimos a tope para recibir a una de las cartas fuertes del Machaca: Moderatto.

Maquillados, pidiéndole a la gente que se sacudieran la hueva, acompañados de disparos de fuego alrededor del escenario, llegó el grupo liderado por Bryan Amadeus, provocando la euforia en fanáticos de todas las edades: desde los más chicos, hasta en adultos de más de 40. Iniciaron con Ya lo veía venir para seguir con los covers: Isabel (Luis Mi), No podrás (Cristian Castro), y hasta se echaron la de Amor Prohibido de Selena. Bryan surfeó encima del público, lo tumbaron dos veces, subió a un fan al escenario, le regaló una guitarra, felicitó a la selección mexicana, invitó a Sabo Romo de Caifanes a cantar la de Si mi delito es rockear.

Sin duda uno de los mejores momentos del Machaca con un grupo que, según su fundador, empezó como una broma, pero que no podemos dejarla de tomar en serio… o como yo los veo, son los Microchips pero ya creciditos.

Empezó Caifanes y con ello, el conteo para que llegara su primer comentario de política… fue aproximadamente 20 minutos, por ahí de la tercera canción. Y sí, el sexenio estuvo de la chingada, así que no se queden sin votar, amigos (palabras de Saúl). Con lo que tampoco se quedaron, fue con las ganas de complacer a todos sus fans, cada vez de mayor edad, pero jóvenes de espíritu… coreando Afuera, Viento, Los dioses ocultos, Mátenme porque me muero y cerrar con el buen ritmo de La Negra Tomasa.

Y así, con el rock en español apagándose de un lado, del otro se encenderían casi 3 horas de reggaetón continuo, y “perreo hasta el subsuelo”… señores y señoras, llegó el artista del momento, el que quieren miles de fans y muchísimas marcas para que les haga publicidad y conecte con el mercado juvenil: con ustedes, J. Balvin.

Mi gente, Safari, la del video parte Mad Max parte Apocalypto parte Mario Kart “Machika”, todas sonaron sin contratiempos hasta destantear a los presentes con el coro de Sorry en español. Se dirigió poco al público, por supuesto que hizo referencia una vez más al juego de México, y se retiró para darle paso a unos de los grandes del reggaetón: Don Omar.

Llegó el rey de reyes, y la gente que estaba tibia por J. Balvin, simplemente explotó. Salió el Sol, Dale, Pobre Diabla, Mayor que yo”y el resto de los temas, fueron subiendo la temperatura y convirtiendo el escenario en una verdadera fiesta. Los miles y miles de asistentes estaban eufóricos, sacudiendo la cola (como pedía el Don)… y los que estaban quietos no pudieron resistirse a la mejor rola de la noche: Danza Kuduro. “Sé que he hecho cosas en mi vida que están mal, hoy me arrepiento, hoy soy un pastor… no estoy orgulloso de mi pasado, pero no me molesta que en la calle me digan Bandolero”- Don Omar habló mucho con el público, encantó, prendió y conquistó con un breve, pero potente reinado.

Del otro lado Plastilina Mosh logró convertir a la multitud del Machaca en una reunión de buenos amigos, casi casi se sentía como estuviéramos en la casa de Jonás y Rosso, en una tocada informal… cotorreando, tocando, improvisando, y tirando buena onda. “¿Qué quieren escuchar, raza?” preguntó Jonás, mientras la gente pedía la de Peligroso Pop. “No se apuren, que aún faltan unos 5 rolones más”, agregó el de Plastilina… y no quedó mal. Vaya ¡hasta el tema de Mario Bros. se lo aventaron en el sintetizador para combinarlo como Millionaire!

La mezcla de género musicales seguía, dándole paso al baile por un lado con lo norteño y lo tejano con Intocable, y por el otro con Mi Banda el Mexicano. Antes, estuvieron Los Cafres con sus buenas vibras y reggae… de los más accesibles dentro y fuera del escenario.

Era imposible parar la fiesta, pero todavía había lugar para el SKA nacional con Inspector, y darle una merecida oportunidad al ritmo y marimba de Ácido Pantera y por supuesto, esperar al grupo telonero del festival: 30 seconds to Mars. Me han contado que Jared Leto es una de las personas menos accesibles cuando se trata de convivir con sus fans: en un meet and greet pidió que no lo tocaran ni voltearan a ver, una fan le pidió una selfie y él gustoso le dijo que a 300 dólares se la vendía, así y muchas historias más de cómo se comporta afuera del escenario.

Sin embargo, su talento como músico y actor es incuestionable, y su cariño hacia sus fans mexicanos me puso a dudar si eran o no verdad todas esas historias de desplantes al verlo enfundado con un zarape de la bandera de México, y luego cambiarse al jersey de la selección, y después subir una y otra vez a fans al escenario (no dudo que con una advertencia a no acercarse tanto, por parte de los guardaespaldas del grupo). Pero tuvo numerosos momentos para expresar su amor por México en perfecto español… ¡caray! me pone a pensar si Jared Leto es bipolar, o simplemente es de ganas.

En tan solo 60 minutos conquistaron al público, con clásicos como Kings and Queens, This is War, obviamente The Kill y la relativamente reciente Walk on Water. Cerró con Closer to the Edge acompañado de más de 10 fanáticos en el escenario.

Y así, cerca de las 2 de la mañana el Machaca 2018 llegó a su fin. Una edición para todos los gustos musicales, en donde no había un escenario vacío, o una cara larga de algún fan. Tal vez porque ganó México, o porque Don Omar nos puso de fiesta, o porque ahí vienen las elecciones y se siente un aire de esperanza, de que si nos lo proponemos podemos lograr cosas grandes. Sin duda, un Machaca que tuvo de todo y que puso la bara alta para el del 2019.

¿A quién veremos? Pase lo que pase, por el momento: imaginemos cosas chingonas.

Fotos por: Angélica Ramirez

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