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Steven Spielberg nos entrega su nueva película Ready Player One.

En el año 2045 el mundo es un lugar oscuro, triste y deprimente, debido a los problemas sociales y políticos que han sacudido a su sociedad; por ello, todos buscan un refugio en el OASIS el juego de realidad virtual que ya se ha convertido en una realidad alterna, un lugar al que todo ser humano se conecta para, irónicamente, desconectarse del mundo real.

Ready Player One relata una historia fantástica y muy interesante donde a modo de distopía futurista, nos muestra un futuro imaginario en el que los seres humanos buscan crearse una nueva realidad en la que puedan ser alguien más, realizar hazañas espectaculares y puedan vivir una vida idealizada lejana a la propia.

Una maqueta a gran escala de lo que desde hoy estamos comenzando a “vivir”. Por otra parte, en una segunda lectura podemos ver desde el inicio de la película que la sociedad (en su gran mayoría jóvenes) ya no se preocupan por pelear para tener un mundo mejor, o mejores condiciones de vida, sólo se preocupan por conectarse al OASIS, vivir su vida alterna y jugar para poder conseguir las tres llaves que den acceso al control total de esa realidad virtual y a toda la fortuna de su creador James Donovan Halliday (Mark Rylance).

Dicha realidad alterna se encuentra infestada de todas las cosas que solían gustarle a sus “habitantes”, recuerdos de sus videojuegos, avatares de sus personajes favoritos, autos de sus películas favoritas, y muchas otras cosas que los hacen sentir en los lugares donde se sentían felices, en otro mundo, en uno mejor. En otras palabras, viven refugiados en la nostalgia.

El gran genio de la cinematografía de entretenimiento Steven Spielberg se dio a la muy difícil tarea de adaptar a cine la novela de ciencia ficción del estadounidense Ernest Cline, y ha logrado crear una experiencia realmente alucinante que será delirio de los geeks, gamers y algunos cinéfilos del mundo.

Con decenas de referencias a la cultura pop, Spielberg entiende que tiene en sus manos un producto único en el cual puede captar a un público masivo, por lo que a diferencia de la novela en la que sólo hay referencias a la cultura pop de los 80’s, el guión de Zak Penn se extiende a los 90’s y 00’s, abarcando un mercado mucho más amplio. Y ese es el gran problema.

Por un lado podemos ver Ready Player One como la película más asombrosa y genial de los últimos años por tener a King Kong, el Delorean de Back to the Future, el T-Rex de Jurassic Park, referencias a Buckaroo Banzai, a Pac Man, Terminator, The Iron Giant y un largo etcétera; pero por otro lado, todo eso puede ser no más que una manera fácil de echarse al público hambriento de nostalgia a la bolsa, un gran distractor que nos hace omitir la ordinaria e insípida película que realmente es.

El guión de Zak Penn es simplemente terrible, con un protagonista sabelotodo, un villano sin personalidad y completamente absurdo, situaciones de risa involuntaria (el “escape”de Art3mis de la base IOI ó el climax en el que el villano ahuyenta a una turba con una pistolita), y momentos sentimentales muy torpes (cuando se da cierta explosión en donde se encuentra la querida y única familiar de Wade, a la siguiente escena vemos a Wade contento por conocer a Art3mis en la vida real). Pero todo eso no es problema si tenemos a un genio como Spielberg al mando, cierto? Pues…si lo es.

Spielberg ha tenido dos casos similares relativamente recientes a Ready Player One en los que ha tenido que trabajar con guiones de ciencia ficción que contienen mucha información, y coincidentemente adaptaciones literarias: Minority Report y A.I. ambas buenas películas, pero poco atrayentes para el público en general; pero Steven también ha filmado otras dos muy buenas adaptaciones sin tanta información (The Adventures of Tintin y The BFG) pero tampoco resultaron tan atractivas para el público. Es por esto que entiendo la adaptación tan abstracta de Ready Player One (para al fin conquistar a una audiencia masiva), pero sigo sin entender el descuido de un genio como Spielberg al detalle humano y las conexiones entre los personajes, eso en lo que él solía ser el rey absoluto en los décadas pasadas.

Inicié esta crítica mencionando la idea principal implícita en Ready Player One porque me parece una gran metáfora de lo que sucede con el cine de entretenimiento actual, es un gran Ready Player One para todos los que añoramos nuestros grandes momentos de la infancia, adolescencia ó la etapa donde creemos haber amado más la vida. Vivimos la era de la nostalgia, en la que se ha convertido en el mejor negocio masivo, quizá porque nuestra realidad no es lo que esperábamos ó simplemente porque extrañar nunca pasará de moda. Sea cual sea el motivo, los grandes estudios han encontrado el negocio perfecto aprovechándose de nuestra añoranza y reciclando productos viejos en historias construidas con guiones de molde genéricos, sin personalidad.

Ready Player One en su superficie es el alimento perfecto para el nostálgico, pero en su fondo es una muestra más que el cine de entretenimiento sigue estancado, lo cual no digo que sea contundentemente malo, pero la nostalgia se disfruta más en pequeñas dosis.

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