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Lady Macbeth parece querer jugar con nosotros ya desde su título, está basada en la poco conocida novela de Nicolai Leskov.

El cine de época constantemente suele regalarnos obras en donde el esclavismo, las pocas garantías individuales y sobre todo el trato denigrante a la comunidad femenina es una constante bastante deprimente; en la mayoría de los casos la heroína privada de sus libertades más básicas; desde el como vestir, el que comer e inclusive a quien escoger como pareja, trato marginal muy común de aquellos tiempos de la época medieval y sus parecidos.

Así mismo el conflicto cine/teatro ha existido desde la creación de la cinematografía, siempre siendo marginado el primero por clasista y excluyente; sin embargo llama también la atención en el preámbulo de esta crítica que el director William Oldroy decidiera incursionar en la “gran pantalla” ; sin embargo teniendo como gran estandarte el “Premio del cine europeo a mejor film debút” es más que suficiente motivo para que los ojos de toda la crítica se posen sobre el largometraje inglés realizado en 2016. (Premio FIPRESCI Cannes).

Corría el año de 1865 en un pequeño poblado de Reino Unido; la joven Katherine (F. Pugh) es obligada a casarse con un hombre que prácticamente le dobla la edad (P. Hilton) y esto la hace sentirse profundamente miserable; ya que ella no siente deseo alguno por su esposo, además que debe tolerar con el humor y ánimo de su suegro (Christopher Fairbank).

La vida y el futuro de Katherine no lucen nada prometedores y esto la hace ser una mujer sin esperanzas y llena de melancolia que ve con mucho desazón como su vida se va prácticamente a la basura por el hecho de ser mujer y no tener ni voz ni voto en sus propias decisiones.

Sin embargo su vida sufre una catarsis al conocer a un joven empleado en la hacienda de su marido (Cosmo Jarvis) con el cual empezará una aventura que le ayudará a revivir su espíritu de formas totalmente inimaginables que son una auténtica amenaza a los valores morales de aquella época.

Resulta bastante refrescante el ver y disfrutar como el cine renueva generaciones y sobre todo como el nuevo talento comienza desde los rincones menos esperados.

En este caso debemos destacar el sólido papel que nos entrega la novata Florence Pugh (The Falling, 2014) su temple y empatía para transmitir tanto la desesperación como el frenesí de la joven Katherine es sin dudas algo digno de aplaudir y de tener en la mira a la que muchos consideran la nueva “Kate Winslet”.

El debut de William Oldroy que ya habíamos destacado anteriormente es digno de aplausos; sin embargo quiero destacar cual fue su motivación para adaptar la obra de Nikolai Leskov en declaraciones rescatadas del diario “El País”

-“He dirigido obras de teatro con el espíritu de mediados del siglo XIX y todos los personajes femeninos o bien se suicidaban o huían, pero lo interesante de Katherine es que decide resistir, oponerse”.

Lady Macbeth de Oldroy es una película Noir con tintes de drama psicológico que nos hará permanecer con zozobra y bastante desesperación al ver todas las desesperantes acciones de Katherine en la lucha por recuperar su vida.

Lenta por momentos es un auténtico diamante en bruto para esta temporada primaveral.

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