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En una vorágine de lanzamientos, Hype Five es una ecléctica entrega mensual que busca rescatar a esos álbumes y EPs que probablemente pasaron desapercibidos en tu radar.

1. Khruangbin – Con Todo El Mundo

Tratar de pronunciar correctamente su nombre es lo único complicado de este trío de tejanos, pues su música es como un caldito tlalpeño que se desliza con gusto hasta el estómago, y que a su paso hace sentir bien al corazón. En su propuesta –que está construida a partir de guitarra (Mark Speer), bajo (Laura Lee) y percusiones (Donald Johnston)– podemos percibir una cálida brisa de psicodelia y surf rock, proveniente del funk tailandés de los 60, y de los OSTs de Tarantino, como la misma banda lo declara. Eso como base; pues en este, su segundo álbum, el trío hurgó en los cajones del funk indio e iraní, para regalarnos diez tracks llenos de pura buena vibra.

2. Lauer & The Golden Filter – Arumbav / Aya EP

Cin Cin –el sello de Fort Romeau y Ali Tillet– comienza el 2018 con su décimo lanzamiento, y uno muy poderoso, en el que reúne a dos grandes proyectos del tech-house y de la electrónica, respectivamente. Por un lado tenemos a Lauer (la mitad de Tuff City Kids), con Arumba y Propósito, dos tracks que, entre sus synths y bajos apabullantes, van directo al grano: si no bailas, estás muertx; futuras piezas clave en los sets de los aferrafters más clavados.

Por el otro lado, los –a veces– menospreciados The Golden Filter (que este año cumplen diez de haberse formado, y que en últimos lanzamientos han dejado el electropop para coquetear con el techno), nos presentan dos tracks ácidamente delirantes aderezados con sensuales gemidos de Penole Trappes. Los cuatro tracks se complementan perfectamente, creando una historia de decadencia y baile interminable.

3. Helado Negro – Island Universe Story Four

Después de escuchar Come Be Me en una de las populares compilaciones de Adult Swim, supimos que el artista de raíces ecuatorianas regresaría con otra joyita; y sí. Este álbum continúa la historia que nos ha venido contando desde 2012, cuando publicó la primera entrega de la serie; esta vez, con más experimentación electrónica: lo que comienza con una divertida y funky melodía, se va transformando en una expedición a través de una jungla alienígena llena de glitches, plops y ecos, que aportan un fascinante registro en el prolífico sonido del compositor.

4. EDEN – vertigo

A pesar de que detrás del veinteañero irlandés hay toda una campaña en medios, plataformas de streaming e incluso billboards (supongo que el hecho de que Lorde recomiende tu música te vuelve ‘the next big thing’), en vértigo se pueden escuchar emociones reales, y una honesta intención de crear una obra que logre transmitirlas. Compuesto, producido, masterizado e interpretado por él mismo (o al menos eso es lo que nos dice), este álbum hace un recorrido por el R&B moderno, complementado por un par de tracks acústicos que le hacen justicia a la profunda voz del artista. Que no nos sorprenda que este año lo escuchemos remezclado en los sets de EDM de varios DJs.

5. Johnny Jewel – Digital Rain

Es increíble cómo, a partir de un fenómeno natural que a veces resulta tan cotidiano, pueden surgir obras de arte como este álbum conceptual de la mente maestra de Chromatics y Glass Candy. Totalmente sintético, cinemático y contemplativo, Digital Rain es un cubo de hielo gigante (como el retratado en su portada), que nos invita a acariciarlo, a sentir su frialdad, y a esculpirlo a nuestro antojo para crear pequeñas piezas, que, aunque efímeras, se quedarán fijas en nuestra mente. Esa poética deconstrucción del agua es lo que hace de Jewel uno de los compositores de electrónica más interesantes de nuestra generación.

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