Shanendogs dejó de lado la refracción de los diamantes para ir en busca de su verdadero sonido: un Rock crudo que seduce a lo largo de sus canciones.
En un inicio, la banda se llamaría Diamond Dogs en alusión al octavo disco del entrañable David Bowie. Tal vez abría la puerta a la vanidad. Incluso, la otra opción, Shining Dogs, para mantener la onda brillante. Al final, la unión de palabras dio origen a Shanendogs.
Desde la periferia urbana de Barcelona, 4 integrantes que se conocieron siendo unos mozalbetes comenzaron con la inquietud de tener una banda. El camino similar por el que cruzan mil proyectos del género.
Abrirse paso en la escena es muy parecido en diversos países. Vaya, no es exclusivo de México los tropiezos, trabas, falta de dinero, espacios para exponer, grabar, y sobre todo que les paguen por su trabajo. También pasa en el viejo continente.
Shanendogs pasó por un estudio donde no lograron estar contentos con lo que escuchaban. Decidieron moverse, y justo en la sala de ensayo, se encontraba un estudio con una promoción tentadora.
Hay cosas que enamoran…
Cada quien se enamora de ciertos detalles que tiene la persona. Lo mismo con las proezas del músico.
Estos rufianes, pensaron su siguiente movimiento: entrar a grabar de una sola toma. Ir y salir con lo que salga. Nada de retocar o repetir pistas ¿Acaso eso no enamora?
Los errores son comunes y están bien. La vida es así, llena de errores y de esfuerzos por lograr lo que traemos en mente.
Regresamos a una época donde lo natural hace sentirnos en casa ¡Al diablo con lo elaborado en exceso, lo atado al metrónomo preciso, y largas horas de cirugía en el estudio!
Sin mucha distorsión ni efectos, Shanendogs, le apuestan al sonido real del amplificador. No tuvieron que rajar el cono del altavoz como lo hiciera Dave Davies (The Kinks) para dar a luz un nuevo sonido. Simplemente usaron la configuración de fábrica, sin más artilugios de post-producción.
Shall we? Su EP lanzado en 2016 carga con 5 tracks. 23 minutos digeribles con sabor a la costa sur de Inglaterra: About winter and Her Name, All Those Things, Don’t Don’t Don’t, The Mills Song, Teddy Bear.
De alguna forma se emula lo que te gusta a lo largo de tu vida. Así, la banda al escuchar en su mayoría letras en inglés no quedó otra más que darle rienda suelta a su gusto.
Cantar en otro idioma, distinto al nativo, puede traer cierta crítica u obstaculizar el avance. No creemos que sea el caso con Shanendogs. Hay pronunciación y vocalización adecuada que permite asentar con la cabeza como diciendo: estos chavos lo hacen bien. Demasiado bien.
En vivo, Shanendogs, con mas experiencia se han presentado en varias salas y concursos. Saben que no es lo mismo tocar en una sala pequeña que en un escenario mas grande. Han evolucionado, pero manteniendo la textura que pensaron, junto a esa adrenalina.
La pluma en el tintero
Todo paso en la música puede ser incierto desde su concepción. Infinidad de interrogantes pueden pasar por la cabeza de cada integrante. Lo común será escuchar decir que es como una montaña rusa llena de emociones.
El maldito y verdugo tiempo juega con todos nosotros. Al leer estos párrafos recomendamos que de forma simultánea escuches Fancy Powder (2017), el último sencillo que lanzaron en plataformas.
Acto seguido, abre su fanpage y diles que no estuvo bien enamorarte para que luego tomaran la decisión de separarse.
Así es, Shanendogs lanzó un comunicado explicando que, luego de 4 años de carrera, cada miembro tomaría un rumbo, un camino distinto. Se bajan del tren dejando a la deriva canciones que probablemente serían un larga duración lleno de vitalidad.
No todas las bandas independientes tienen la obligación de durar años en la Tierra. No hay reglas escritas, ni mucho menos se tiene que sacar de nuestra lista de consentidas. Tampoco tiene que ser famosa eterna para dejarlos de escuchar.
Es una pena que la flama se apague. Adiós a la esperanza de escuchar más canciones nuevas de Shanendogs.