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La banda Jarabe de Palo ofreció una presentación llena de nostalgia y nuevos arreglos para presumir una trayectoria consolidada en la escena musical mundial.

Con poco más de una semana a la distancia de una de las mayores catástrofes naturales que ha recibido la Ciudad de México, el grupo Jarabe de Palo tuvo que posponer sus conciertos programados para esas fechas, a excepción de una fecha particular que ocurriría a unos kilómetros, justo en la zona norte de la ciudad, más en específico el Parque Naucalli.

El ambiente era tranquilo. Había llovido minutos antes del acceso y a pesar de los momentos difíciles que pasamos directa o indirectamente por el sismo de días anteriores, se respiraba emoción y ganas de pasarla bien por un rato.

El vocalista y fundador Pau Donés se paró sobre el escenario y fue recibido con una gran ovación, mientras sus músicos acompañantes tomaban sus respectivos lugares, en el piano y teclados, contrabajo eléctrico y el violonchelo, para dar comienzo al show.

Las canciones comenzaron a fluir y la gente comenzó a cantar junto con el vocalista las letras, las cuales mucha gente reconoce y aprecia la calidad y que se han apropiado como suyas para la banda sonora de sus vidas.

Depende y Bonito fueron de los primeras canciones más coreadas y que ya son considerados clásicos entre los fans de Jarabe de Palo. La magia del evento y sobretodo de las canciones fueron los nuevos arreglos que les hicieron. La banda ya lo había advertido desde el comienzo del tour, el cuál su esencia sería ese, mostrar las nuevas versiones de sus más grandes éxitos, haciendo el estilo más íntimo.

Los arreglos son favorables. Un cierto aire de misticismo se coló como un nuevo sonido y a pesar de ello, el ritmo y la alegría se mantuvo intacta. La gente bailó desde sus lugares y se involucraba con la banda, la cuál se mostró feliz y cómoda durante todo el show.

En algún punto Pau Donés incluso contaba la historia de la siguiente canción que interpretarían y lo hacía de una manera divertida y muy digerible. Arrancó risas y suspiros, principalmente para el público femenino.

Cuando avanzó la noche y el setlist, comenzaron a tocar más clásicos obligados para cada presentación que hacen, como Agua, Grita y Completo Incompleto.

De lo último que ejecutaron impecablemente fue su ya conocidísima canción La Flaca y después de un breve encore, Pau Donés contó una divertida anécdota sobre sus días en España cuando trataba el cáncer, enfermedad que ha luchado desde 2015, para darle entrada a un cover que todo el mundo cantó y gritó: El Rey, canción original de José Alfredo Jiménez pero que todo el mundo la conoce por Vicente Fernández.

La despedida fue rápida. El público no dejó de aplaudir y agradecer por tan increíble noche hasta que abandonaron el escenario y todos salieron felices y satisfechos por disfrutar de un momento mágico, sobretodo por la sensibilidad de lo ocurrido en días pasados.

Jarabe de Palo se prepara para regresar pronto a la CDMX y ofrecer una noche igual de mágica y especial para todos los capitalinos.

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