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División Minúscula repartió talento a manos llenas en su regreso al Teatro Metropólitan.

1996 fue una fecha especial para los hermanos Javier y Alejandro Caballero Blake, pues fue el año, en el cual dictaminaron que harían hasta lo imposible por ver realizado su sueño.  En la actualidad, tres fieles jinetes, complementan el anhelo.

División Minúscula, es una agrupación con libre albedrio discográfico; puede pasar un largo periodo de tiempo, podríamos pensar que ya no habrá más de ellos y justo antes de su accidental olvido, llegan con un nuevo sencillo o toman por sorpresa alguna ciudad con su presentación. El pasado 28 de octubre fue claro ejemplo.

Desde el anuncio de su asistencia al Teatro Metropolitan, los fans de hueso colorado atiborraron los puntos de venta Tiketmaster, con  la esperanza de ver a sus superhéroes, quienes los acompañan en situaciones donde el dolor y el sufrimiento humano, se amalgaman.

El día llego, su fiel hinchada esperaba en las orillas de recinto, con boleto en mano y fe antepuesta en el corazón, entraban uno a uno. El reloj dictaba las 8:34 pm, el equipo de sound check, salía del escenario, anunciando implícitamente el inicio de la esperada velada. Humanos Como Tú fue impuesta como señuelo para enganchar a los oyentes.

Una escenografía sencilla pero muy elegante, adornaba el establecimiento, el conjunto de luces, asentaba en la parte estética y visual del evento. En algunos momentos Javier Blake tomaba un respiro, disfrazándolo con una charla. A pesar de la ausencia, la comunicación público-banda, seguía siendo la misma, incluso un poco más fuerte.

Canciones iban y venían, los músicos estaban severamente enfocados; como si trataran de llevarse el alma de la afición. Cada nota satisfacía a la perfección. Un grito revolucionario relevó su interés social: Sin nombre, fue dedicada a todas las víctimas de la delincuencia.

“Soy un recuerdo tapado con tierra y papel, un testimonio que nadie va a reconocer…”

Con la fuerza de 3000 hombres Sognare, era recitada como parte del insuperable repertorio. Este tema, fue responsable de transportar a más de uno,  a los inicios de siglo.

Con la disciplina que caracteriza a Tamaulipas, mientras la noche iba creciendo, las baladas más lastimeras presagiaban el final de la aparición. Año nuevo se colocaba como el verdugo que sellaría la noche, pero, una íntima ronda de ovaciones lo impidió. La magia si existe, División regresó a la plaza para interpretar el himno que impulsó su carrera hace algunos ayeres: Simple.

El cierre fue alucínate para quien ha seguido sin esperar gratificación alguna, los pasos de los hermanos Blake.

Sus próximas presentaciones son:

29 de noviembre en Querétaro y 02 de diciembre  en el 8 Music Fest de Culiacán.

Esperamos que cierren este 2017 con una meta más cumplida y los esperamos en el 2018, tal vez con algún nuevo material.  ¿Y tú, qué esperas de los tamaulipecos?

 

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Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.