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Me sé todas las canciones de Kabah, pero nunca los había visto en vivo. Bueno, todas es un decir; me sé las más famosillas. Desde Al pasar hasta La vida que va. Aja, si hacemos cuentas tampoco es que me las sepa todas, pasé de su último disco, quién sabe por qué, pero no creo haber sido la única.

Cuando me enteré de su reencuentro, no me emocioné ni nada; sólo supuse que estaban pensando en su senectud y me pareció correcto que vieran el modo de seguir sacándole provecho a su popularidad.

Fue durante mi año nuevo en el Kinky Bar, un antro gay en la Zona Rosa que proyecta videos de la música que ponen, que me percaté de lo que me estaba perdiendo. No sólo por Kabah, también por OV7, las Jeans…, y ya. Son las únicas bandas noventeras que me prenden.

Por eso desde que me enteré de que habría fiestón en el Zócalo supe que no me lo perdería.

Ah, el pop, con su música pegajosa, sus coreografías, sus letras que derraman codependencia amorosa, pero sobre todo su nostalgia. Crecimos escuchándolos; a algunos nos gustaban, a otros no, pero sabíamos de su existencia. Hasta el más intolerante del pop podría cantar alguna si de ello dependiera su vida.

60 mil personas asistieron al Zócalo. Había de todo, treintañeros en su mayoría. La cita era a las 20:00 horas pero los invitados fueron llegando según como su vida se los permitiera.

Los “muchachos” de Mercurio, Magneto, Sentidos Opuestos, Moenia y Kabah salieron a escena con todo para el Únete a la fiesta, llenos de energía. Quienes han asistido a alguno de los conciertos de la gira ya conoce la dinámica; más si participaron en el primer reencuentro noventero que llenó en 23 ocasiones el Auditorio Nacional. Ajá, antes del pleito, cuando OV7 y Kabah todavía eran amiguis.

Decíamos de la dinámica: Se elige un tema de cada banda y es un todos contra todos; es decir, determinados miembros de cada grupo cantan con otros. Por ejemplo, Alan de Magneto canta Mai mai de Kabah, o Alessandra Rosaldo acompañada de Moenia en Ni tú ni nadie, o alguien Mercurio canta una de Sentidos Opuestos.

En el Zócalo todo fue griterío y coros durante casi tres horas. Obvio hubo canciones más llegadoras que otras; por ejemplo, La puerta del colegio de Magneto o Enamoradísimo de Mercurio, Fiesta de Sentidos Opuestos, No importa que el sol se muera de Moenia y La calle de las sirenas de Kabah.

En el escenario, los grupos se cambiaban de vestuario, se subían a una tarima, bajaban, brincaban, bailaban, hacían streap tease. Había veces en las que salían casi todos y ocupaban la plataforma entera. Y otras en las que sólo salían las cantantes: Federica, Daniela y Alessandra, quien con honor a la verdad se llevó el concierto con su vocerrón.

Sí, sí me divertí. No, no veía nada. Sí, me aburrí con Magneto. Un poquito también con Mercurio —o sea, el primero es de otra generación y los segundos tampoco es como que hubieran tenido trancazotes musicales. Bueno… Siguiendo con aquello: Sí, me emocionó Moenia; me sorprendió Alessandra y canté las de Kabah.

Fueron estos últimos los que me hicieron la noche cuando sacaron sus banderas de la paz, la vida, el amor y la LGBT. Porque sí, Kabah siempre ha apostado por la diversidad y la tolerancia.

Aunque la verdad no volvería a “unirme a la fiesta” —no, ni aunque fuera gratis—, sí me crearon la curiosidad de ver el otro tour noventero, el de OV7, Caló, JNS, Erik Rubín, Aleks Syntek, The Sacados y Litzy. Tampoco es como que mataría por ir, pero si en algún momento alguien me invita —cof, cof—, yo apuntada.

El que no me perderé es el de Gloria Trevi y Alejandra Guzmán. Perdón, fans de The Cure, LCD Soundsystem, Bowie, Arcade Fire, Stone Temple Pilots, etcétera, etcétera, etcétera, sé que los decepcioné, pero la verdad es que un poco de pop no le hace mal a nadie.

P.D. No quiero cerrar este texto sin antes decirles que de verdad espero que nunca se arrepientan de no haber coreado un buen popcito por haber andado ahí nomás de rockerillos.

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Es callada, tímida, inocente... O todo lo contrario. Lleva 10 años haciendo periodismo web y A-M-A las redes sociales, las donas del 7/11, los tatuajes, tomar fotos y andar en bicicleta en la CDMX. No soporta el machismo y sueña con hacer doblaje de voz.