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Yo soy la escena o “un cabrón más tratando de hacerse de su propia filosofía”: De vuelta en el Lodo / Tino el Pingüino.

Cuerpos y romanticismos en el escenario

La presentación del disco De vuelta en el lodo de Tino el Pingüino, la noche del 2 de septiembre en la Sala Corona, fue la experiencia de cuerpos sexuados y amorosos o como diría Fadanelli “el espíritu en la carne”.

¿Pero en qué concierto no se respira y transpira el anhelo por el otro y su imaginario? por eso pese a toda personalidad, los músicos en escena se convierten en cuerpos que producen y consumen deseo. Es decir, se exacerban los estímulos para producir sensaciones y significados desde el cuerpo, el alma y la mente, todo ello es un conjunto que opera en nuestra subjetividad y es cuando al ver a nuestros personajes en escena se nos vuelca el estómago al revés y las mariposas vuelan entre nuestras tripas.

El nuevo álbum del querido y particular Tino, como él dice “es más de lo mismo”, y pensemos que ese más de lo mismo significa que, por un lado, está anclado en un lenguaje particular del contexto de la lírica del hiphop mexicano —al menos en la revirada de los últimos años— donde nunca falta un universo masculinizado en vergas, nenas buenas, sexys y calientes, golfas y putas que también pueden ser bombones; mujeres condensadas en escenarios de chelas heladas, coca, metadona, sexo, mamadas y demás…

Por otro lado, una poética personal que mira este mismo mundo a través de la literatura de los enfants terribles como Charles Bukowsky y Guillermo Fadanelli —pieza clave en este álbum— quienes construyen el “espíritu en la carne” que proclama me gustan las mujeres y apela al cuerpo de la otra como objeto de deseo.

Mientras esperamos a Tino el Gordo Fu atraviesa el escenario y nos cuenta que su nuevo disco está dedicado a su ex. La letra, su voz y sus movimientos escenifican el cuerpo sexualizado y la ratificación de la vieja masculinidad del fuck me, pero detrás del imaginario del sexo duro sobresale el constructo del despecho y el perdón a la usanza del viejo amor romántico.

Franco sale a la media noche, viste sobriamente de blanco y negro, con su característica gorra DF, una playera y un saco con hermosos bordados florales blancos en espada y brazos que para la segunda parte de la presentación desaparece y da lugar a los brazos texturizados con palabras de Tino.

Durante todo el concierto juega con la gorra, se acerca, sonríe y saluda a las manos que se alzan para tocarlo; su figura y su voz complace a un público de veinteañeros y treintañeros que lo vitorea, toma chela y canta con él las nuevas y viejas letras, sonaron Se abre la tierra (De cara al sur), Telemaquia de los corazones locos, La asimetría según Cardín, Se me había olvidado entre otras. Más y más afecto fluyó en el escenario cuando llegaron a cantar Maiky Navajas y Fermín Sanchez —vocalista The Guadaloops— dos piezas clave en su historia musical.

Tino nos hace saber que su madre y algunos de sus amigos comparten con él el lanzamiento de su nuevo disco, que dicho sea de paso —ella estaba atrás de mi— una mujer morena, delgada y entusiasta que aplaudía y sonreía al ritmo del hip hop. No faltó ese momento íntimo donde nos enteramos que para Franco, con sus 28 años, ha llegado el tiempo de la adultez que le designa la edad. Otro momento fue un hecho familiar que se tornó experiencia de masa y todos le cantamos las mañanitas a su hermana quinceañera que subió al escenario.

Parecen de menor importancia esos eventos, no obstante si pensamos en cómo se construye el deseo y los cuerpos deseantes llegaremos al juego entre lo público y lo privado que exige mecanismos de exposición y ocultamiento para producir fragmentos de una historia que la multitud se encarga de completar.

En ese sentido, la frase Yo soy la escena que traía Franco en su playera y una y otra vez señalaba tiene que ver con esos procesos de edificación del alter ego que en parte evoca al cuerpo-imagen o representaciones de uno mismo que circulan y configuran nuestros cotidianos y las relaciones con los otros.

Yo soy la escena significa  pensar en las nuevas subjetividades y sexualidades ligadas a la actual experiencia con la tecnología del lenguaje y los dispositivos de comunicación, registro y circulación de identidades que forman parte de esta nueva lírica del Hiphop mexicano.

Próximas presentaciones:

  • Guadalajara 10 de septiembre 2016

20:00 hrs Street Music Live

  • Monterrey 24 de septiembre 2016

20:00 hrs Salón Morelos

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