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Todo parecía perdido. Era viernes de tráfico rudo en la ciudad, la gente se abarrotaba a la salida de las oficinas y llovía intensamente pero había una misión: llegar al concierto de Julieta Venegas para disfrutar del Algo Sucede Tour.

julieta venegasPor fin llegué al Metropólitan en medio de empujones y sombrerazos por la inoportuna lluvia pero una vez adentro toda la vibra cambió.

Me acomodé para escuchar a la banda telonera Yo Camaleón que empezó a poner ambiente en el teatro que poco a poco se iba llenando. Casi a las 9 y sin rodeos el concierto empezó con Esperaba, que con su feliz tonada, mantuvo al público relajado.

Todo estaba en su lugar: el público, los músicos y la guitarra que acompañaba la curiosa voz de esta tijuanense que continuaba su setlist con Te Vi.  Parecía disfrutar que el público estuviera tranquilo lo que hizo darme cuenta de lo diferente que es verla en festivales como el Vive Latino donde el bailoteo y los vasos voladores son, casi siempre, los principales acompañantes al escucharla. Aquí se mantenía una onda más bohemia e íntima mientras continuaba tocando rolas como Original y Ese Camino.

julieta venegasDespués de una reflexión sobre su visión de ser niño, continuó con Limón y sal que, lento pero seguro, logró que los asistentes se levantaran de sus asientos.  Al llegar Buenas noches, desolación fue claro que prefería dejar que sus canciones hablaran en lugar de dar largos discursos entre cada una (como muchos artistas acostumbran).

Desde el inicio de su carrera ha quedado claro que Julieta Venegas tiene su propia forma de hacer las cosas. Este concierto no fue la excepción ya que gracias a comentarios de sus fans en días anteriores, sorprendió a más de uno con Me van a matar(Amores Perros), una rola de antaño que terminó con algunos coros de Querida y El Noa Noa para complementar con Juro que nunca volveré su tributo al Divo de Juárez.

Venegas se armó de nuevo con su característico acordeón para tocar otras de las “viejitas” entre las que estuvieron Como sé, Casa abandonada y Bien o mal, la última fue la que puso a bailar de nuevo hasta la última fila del teatro aunque no dudó mantenernos en una montaña rusa de emociones al dirigirse al piano a tocar varias canciones entre las que destacó una versión mucho más tranquila de Lentojulieta venegas

Luego del momento relajado, siguió con grandes éxitos como Algo está cambiando y Mientras tanto en la que se decidió a echar bailongo en el escenario para después ponernos a cantar con Eres para mi.  Al terminar El presente se despidió del público con mucha gratitud y salió del escenario junto con sus músicos solo para regresar segundos después a dar el “pilón” entre las que estuvieron Sin documentos, Andar conmigo y Me voy.

El viaje en el tiempo que fue este concierto me hizo recordar que Julieta Venegas nos ha acompañado muchos años en todo tipo de situaciones como rupturas, amores, confusiones, declaraciones e incluso lucha social, siempre con una canción adecuada al momento aunque en esta ocasión la única queja fue la ausencia de Sería feliz.

Digo, si ya nos estábamos echando un viaje al pasado sólo hubiera faltado esa cerecita en el pastel para que el recorrido desde los inicios de su carrera estuviera más que completo.

 

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Diseñadora gráfica, amante de los helados, el sarcasmo, adicta a las películas y los libros, torpe y noventera hasta los huesos. Se rumora que me veo como “La chica del tatuaje del dragón” pero tengo corazón de pollo ahogado en miel. Son puros rumores.