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Si hay una banda que nunca baja los brazos y que se nota su amor por la música en lo constante de su trabajo, esa banda es of Montreal.

of montrealAunque bueno, decir “banda”, así todos los integrantes en general, pues no, la verdad tampoco. Han pasado una infinidad de músicos por dicha banda a través de los años, así que generalizar a todo of Montreal no se me hace políticamente correcto.

Por eso las acreditaciones se la daremos enteramente a Kevin Barnes, fundador de of Montreal y único miembro original de la banda, para variar.

La constante de of Montreal (o de Kevin Barnes) es de verdad bárbara: ya con catorce largometrajes de estudio, contando Innocence Reaches, el álbum recién desempacado de esta semana del que hablaremos ahora.

En Innocence Reaches, a diferencia de trabajos anteriores de of Montreal, sí hay unos cuantos cambios de ritmo y de sonido fuera de lo común de la banda originaria de Georgia. El mismo Kevin Barnes corroboró anticipadamente que se dio a la tarea de trabajar con productores enfocados en la electrónica, ya que quería que Innocence Reaches sonara esta vez lo más alejado posible a The Beach Boys y a The Beatles.

Una tarea un tanto difícil si lo vemos desde la perspectiva en que el sonido de of Montreal siempre ha estado enfocado al pop psicodélico de los setentas y sesentas; pero una tarea que Kevin Barnes se quería dar el lujo de hacer. Después de todo, con catorce discos en tu historia, creo que te puedes dar ciertos permisos como este.

Esa tarea se ve reflejada de inmediato al reproducir Innocence Reaches, cuando let’s relate da inicio, es como si la alineación de of Montreal fuera otra (y literal lo es), pero el sonido es completamente distinto a toda esa psicodelia en donde un bajo con estilo funk acompañaba sus canciones.

let’s relate no es un mal tema, ¿es difícil de digerir?, sí, un tanto, sobre todo por quién lo ejecuta. Pero es un tema bien estructurado a base de sintetizadores.

No todo el álbum se va enfocado a esa cara nueva que Kevin Barnes le quiere imprimir a of Montreal, ya que en it’s different for girls, el primer sencillo, ese feeling electrónico pasa de sonar a una electrónica actual muy comercial, a un disco-funk más apegado a la raíces de of Montreal.

Para el tercer track de título gratuitous abysses, una línea de guitarras se apodera haciendo desaparecer por completo esa electrónica y nuevos sonidos de Barnes. Ésta es una de las canciones  más acertadas de Innocense Reaches, más que nada por el acierto de no perder el sonido madre de of Montreal.

El resto del álbum está entre altibajos; lleno de las experimentaciones de Kevin Barnes, lleno de nuevos sonidos más actuales en cuestión de la electrónica, experimentaciones que más que le vengan bien a of Montreal, parecieran intentos fallidos por atraer a una nueva generación de escuchas.

Una propuesta válida para una banda que lleva casi veinte años de carrera y que es una de las más constantes, la cuestión está en qué tanto es aceptable sin que caiga en lo burdo de la música actual enfocada en la base la de electrónica EDM, la electrónica más comercial.

Vaya, a lo que voy es que como un experimento para jugar con nuevos sonidos y (posiblemente) atraer un público nuevo, es un lujo pasable.

Después de todo lo peor que les podría pasar por transformar mucho sus elementos característicos y aferrarse a un público nuevo, sería perder la credibilidad en quienes ya los hemos escuchado. ¿O me equivoco, Bloc Party?

of Montreal pasó de una época sesentera y setentera a una dosmilera. Cambiaron lo psicodélico por lo EDM. Se hicieron millennials, esperemos momentáneos. Kevin Barnes se dio un lujo que esperemos no les salga caro, pero que debemos reconocer también por intentar cosas nuevas e inquietar un poco nuestros oídos.

Porque lo vuelvo a repetir, tener catorce álbumes te permite tener este tipo de lujos en tu banda.

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Explorador galáctico de las órbitas musicales. Vivo en una y mil canciones más.
innocence-reaches-millennial-of-montrealof Montreal pasó de una época sesentera y setentera a una dosmilera. Cambiaron lo psicodélico por lo EDM. Se hicieron millennials, esperemos momentáneos. Kevin Barnes se dio un lujo que esperemos no les salga caro, pero que debemos reconocer también por intentar cosas nuevas e inquietar un poco nuestros oídos.