Publicidad

Llenos de euforia, felicidad y con todas las ganas de entregarse a la música, cientos de miles de personas se dieron cita en festival más poderoso y ascendente de México: ¡ Pal Norte !

Texto por:Julio Díaz

Fotos por: Angélica Ramirez

Este 15 y 16 de abril, el estado de Nuevo León se puso de gala para recibir el quinto aniversario del evento que desde 2012 se ha posicionado año con año como uno de los mejores del país. El Parque Fundidora fue testigo de una kermesse maratónica que incluyó toda la energía de sus 134 mil asistentes, la mejor producción que ha visto Monterrey y un lineup tan variado como sus críticas; sin olvidar la cheve, la comida y el mercadito.

Como es costumbre, Pal Norte se supera a sí mismo y continuó su firme camino en su quinta edición, integrando más amenidades que sus predecesores, incluyendo una rueda de la fortuna enorme dentro de la zona de kermesse, una muy variada zona de comida y food trucks, una cantina con música de la región, una área especial para que los fans vean las ruedas de prensa en pantalla IMAX, una zona de videojuegos llamada Magic Place, que llenaba de nostalgia a los que visitamos este lugar en los 90s y otras tantas que hacían prácticamente imposible disfrutarlo todo en un día.

La producción contó con cinco escenarios que se encargaron de alojar a más de 70 artistas durante ambos días, aunque no había una temática para cada escenario, nos dejaron con un excelente sabor de boca.

El cartel que develó Apodaca Music Group para este año causó mucha controversia y recibió tanto halagos como mentadas de madre por la variedad de géneros, los diversos artistas y la época dorada de cada uno, demostrando que Monterrey no se limita a un solo género y que el festival es tan grande que tiene para todos.

La fiesta comenzó el viernes desde las 16:00 y fue hasta el fin de la jornada laboral de los regios que el festival iba agarrando forma. Después de ponernos ropa ligera para sobrellevar el calor del norte y de haber pasado la vialidad saturada de la ciudad, llegamos a los alrededores del parque. En nuestro peregrinar a la entrada ya se sentía todo el poder que convoca este festival, desde el tráfico interminable que hacía ver las avenidas aledañas cual estacionamiento, los miles de puestos que ofrecen toda la mercancía de tu banda favorita formados hombro con hombro, otros tantos de comida muy rápida que invitaban a los paseantes a no entrar con el estómago vacío, hasta la sonrisa y felicidad que se reflejaba en todos los rostros de cada uno de los asistentes que indicaban habíamos llegado al lugar indicado.

Después de una entrada rápida al parque y tras ser recibidos por una docena de vendedores de cerveza, lo primero que hicimos fue comprar nuestro alcohol y mientras el primer trago nos refrescaba hasta el alma, vimos el mapa que mostraba un arreglo muy efectivo, situando los 4 escenarios en una sección donde no había necesidad de recorrer distancias enormes para rondarlos, otra zona donde estaban las comidas, la cantina y las food trucks, otra más con la kermés y el Magic Place, y alrededor de todo, muchas activaciones de los asistentes. Nuestra primera parada fue el baño que a diferencia de otros años, no lucía tan reducida y no te tardabas tanto.

De ahí nos pasamos al primer escenario que visitamos llamado Club Social, especializado en música electrónica y cuya estructura asemejaba un iglú con una bola disco bajando en el centro de donde no había techo, rodeado de telas de colores donde la gente estaba muy prendida, bailando de un lado a otros, como si estuvieran bajo algún trance y moviendo sus cabezas al unísono. El público pudo ver las presentaciones de Noizekid, Tez Cadey, Shawn Wasabi y Superstudio en este espacio.

El segundo escenario que visitamos esa noche fue la Carpa ascendente, con un ambiente diferente y sin una temática en especial vimos una carpa muy grande que cubría el escenario, donde hubo propuestas musicales alternativas no tan famosas y comerciales como los de los escenarios principales, pero muy únicas e importantes para tener su templo como Naughty By Nature, The Original Wailers, Gustavo Cordera y Marky Ramone.

De ahí seguimos el recorrido para visitar a los dos hermanos que desde 2014 han estado lado a lado, el Escenario Tecate y el Escenario Indio, donde sólo se presentan los más grande y tenían una cantidad enorme de pantallas, muchas luces de diferentes tipos y un sonido que desde cualquier parte que estuvieras del escenario, podías sentir las vibraciones en tu corazón. Entre los dos hermanos, hay un pequeño miembro recurrente del festival llamado Escenario Sorpresa que por cuarto año hace su aparición y literalmente sorprendió a todos con las presentaciones de Baha Men, Caballo Dorado, Magneto y Lou Vega quien presentando sus canciones más exitosas.

El viernes la carta fuerte de música que se presentó en el dúo de escenarios principales inició a las 20:55 con Plastilina Mosh que demostró ser profeta en su tierra haciendo vibrar a todos cuando se escuchó Mr. P Mosh, después de eso Enrique Bunbury nos dio una probada de su Mutaciones Tour donde muchos corearon cada canción, seguido por Los Fabulosos Cadillacs y su luz del ritmo que encendió a todos los presentes y los hizo saltar durante Matador, teniendo el mayor tiempo en escena, antes de la última presentación de 50 Cent que desahogó la energía restante de todos.

Para el segundo día totalmente vendido, la acción comenzó más temprano y los ríos de gente no se hicieron esperar desde medio día. La ciudad de las montañas no perdonó y les dio a los asistentes una probada del Noreste Caliente con un cielo despejado y un sol orgulloso de estar arriba. Las presentaciones grandes empezaron a las 17:00 donde Moenia se encargó de seducir a todos los asistentes con su synthpop, seguido por Félix Jaehn, la primera presentación grande EDM en el escenario principal, después Carla Morrison que cautivó a los asistentes con sus canciones conocidas. Al caer la noche, León Larregui dejó todo en el escenario presentando su material como solista, después de eso los asistentes tuvieron el segundo golpe de música electrónica cortesía de Robin Schulz, el productor alemán que hizo mover a todos los asistentes con su deep house y ya entrados todos en ambiente, Two Door Cinema Club apareció después de dos años y medio su último tour para darnos la dosis necesaria de indie. La recta final del festival fue encabezada por Caifanes que con la segunda presentación más larga de la noche, nos hicieron recordar décadas pasadas al interpretar todos sus éxitos siendo una de las presentaciones más coreadas de la noche.

J Balvin se encargó de darnos todo el reggaetón que necesitábamos y se entregó totalmente a la gente, empezando con un rap improvisado que hacía alusión Monterrey y a los artistas del festival, para el final, Los Auténticos Decadentes se encargaron de tirar la casa por la ventana para concluir el evento, para este punto todos estábamos baile y baile.

Sin duda alguna, este festival es uno de los mejores eventos en México y al paso que van, no dudo que en tres o cuatro años el festival se extienda a tres días y este totalmente vendido. Con una ubicación imponente dentro de la ciudad de las montañas, una variedad muy grande de artistas y amenidades únicas; los asistentes que aumentan cada año no pueden estar equivocados y dejando en alto el nombre de Monterrey, Pal Norte es una experiencia que ustedes deben de vivir a menos una vez en su vida.

pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte pal norte

Deja tu comentario:
Sarcástica, ácida, criticona, amante de las imágenes, exploradora de las sensaciones, con maleta lista, bailadora de cualquier son y amiga fiel.