Mon Laferte y Caloncho comenzaron su Mon La Fruta Tour en el Teatro Metropólitan, donde la recepción fue gratamente positiva.
El lugar se llenó rápidamente. Algunos bebían cerveza y otros más miraban sus celulares. Pocos minutos después de las 8 de la noche se voceó la tercera llamada y salieron una primer banda abridora llamada Okills, banda venezolana que puso sobre la mesa su sonido de rock tropical (así se catalogan).
Los Okills fue una buena entrada para calentar motores. El vocalista tiene carisma y logró captar la atención del público. Su música sencilla, bien estructurada y con ritmo. Su sencillo Tiempo fue la más ovacionada y en poco menos de una hora seguro se ganaron nuevos fans en el lugar.
Yo creí que sería primero Caloncho y después Mon Laferte, algo me decía que ese debió ser el orden correcto, pero primero fue el turno de Monserrat Laferte en aparecer sobre el escenario.
Gritos eufóricos (sobre todo de las chicas), aplausos y mucho coreo. Un ambiente tenue, lámparas, cortinas y mucho color púrpura. El plato perfecto para una película de Lynch.
Mon Laferte conquistó desde la primera canción con su potente voz. Personalmente me pareció una mezcla perfecta entre una Amanda Palmer y la difunta Edith Piaf. El público se rindió a sus pies. Cantaron, saltaron, aplaudieron y siempre quisieron más.
Mon Laferte, con su sexy vestido rojo atrajo las miradas de los hombres. Seguimos sus contoneos, sus gemidos y miradas atrayentes. Nos tuvo en la palma de la mano.
Cerró con la conocidísima Tu Falta de Querer, canción que consolidó su figura ante las masas.
Con un cierre espectacular se despidió la chilena y hubo una pausa de unos minutos para acomodar y darle los reflectores a Caloncho.
Algunos espectadores se retiraron, parecía que lo importante ya había pasado y no quisieron darse la oportunidad de escuchar talento nacional.
Caloncho demostró de qué está hecho y dio una cálida noche llena de ritmos alegres, rock pop delicioso. Cabe destacar que el encargado del trombón logró robarse en momentos la atención de todos con sus movimientos y por supuesto los sonidos que proyectaba.
El final fue predecible. Sonó Palmar en colaboración con Mon La Ferte. Exquisita pieza para cerrar el evento que vale muchísimo la pena presenciar.
¿Hubo sorpresas? ¡Claro! Pero no las arruinaré. Hay más invitados, covers y demás detalles que invito al lector a descubrir en una de las tantas fechas que están ofreciendo en varios puntos de la ciudad y demás estados.
Mon La Fruta Tour continúa con gran éxito en los escenarios donde se paren.