En su más reciente esfuerzo como directora, Lynne Ramsay nos presenta la adaptación cinematográfica de la novela del 2003 We Need To Talk About Kevin de Lionel Shriver.
Esta historia cuenta la vida de Eva Katchadourian, interpretada por Tilda Swinton – quien con este papel nos da una de las mejores actuaciones del año- y la difícil relación con su hijo Kevin (Ezra Miller) que culmina con la matanza de varios estudiantes en manos de éste. La trama en el libro es contada de forma epistolar, pero Ramsay optó por transformarla a una narrativa no lineal que trabaja en tres momentos temporales.
Primero tenemos a Eva y a su esposo (John C. Reilly) y el nacimiento y niñez de Kevin. Después nos presentan los días anteriores a que Kevin entra armado a su escuela y finalmente la vida de Eva después del crimen de su hijo.
Esta fácilmente es la película mas brutal y cruda del año y también una de las mejores. A través de las actuaciones y las imágenes, la cinta establece una atmosfera oscura y queda en el borde entre un thriller y una película de terror. Desde el principio se establece que la ruda relación que Eva y Kevin sostienen y que es empeorada por el padre que minimiza los actos de Kevin y las quejas de Eva. Tanto Rocky Duer y Jasper Newell como Ezra Miller que interpretan a Kevin en la su infancia, niñez y adolescencia, cumplen a la perfección la tarea de interpretar al joven y su carácter misantrópico y sociópata a través de la película. Miller, en un papel similar que al de su debut, Afterschool, muestra perfectamente la brutalidad y vulnerabilidad que caracterizan al personaje en especial en las escenas que comparte con Tilda, pues la verdad de la relación de Kevin con su madre es que sólo con ella puede ser él mismo, con ella puede ser el individuo despiadado que es realmente y no el chico amable que pretende ser.
Aunque la interpretación del joven es destacada, las palmas se las lleva definitivamente Tilda Swinton. Con una interpretación que ha sido en su mayoría ignorada por muchos, Tilda es efectiva, conmovedora y espeluznante al mismo tiempo. Eva, como cualquier madre, ama a Kevin y la culpa que le da la relación que llevan la trae puesta en la cara todo el tiempo, acompañada por el terror de las cosas que su hijo es capaz de hacer. Después del clímax, Eva pasa por la vida como zombie, sin vida y Tilda lo logra llevar a la pantalla de manera perfecta.
Visualmente la directora parece usar el rojo como símbolo para la violencia y en varias escenas podemos encontrarlo ya sea representado por un objeto o en la iluminación. A su vez, la música da un sentimiento un poco esquizofrénico en el sentido de que aun que en su mayor parte acompaña bien a la escena, en otras partes se usan canciones alegres para momentos deprimentes, creando un contraste inspirado. Ramsey, en la que parece ser el trabajo más destacado de una directora este año, solo falla la edición, que puede causar confusión en el primer acto. We Need To Talk About Kevin es una de varias exportaciones de calidad provenientes del Reino Unido del año pasado y una película que no hay que dejar de ver aunque exista controversia por el tema que toca. Las actuaciones son la joya de esta película y su punto mas brillante es la escena de Kevin y Eva mientras conversan en prisión.
Calificación: 88