El Cuarteto de Nos llenó el Palacio de los Deportes en un histórico sold out en México. Una noche de ironía, energía y emoción que confirma su legado en el rock latino.
El Cuarteto de Nos en el Palacio de los Deportes: un hito para el rock uruguayo
El Cuarteto de Nos volvió a hacer historia en México. El pasado 18 de octubre, la banda uruguaya llenó por completo el Palacio de los Deportes, uno de los recintos más emblemáticos del país, con un sold out alcanzado semanas antes del concierto. Un logro monumental para una agrupación latinoamericana que, sin grandes artificios, se ha ganado el corazón del público mexicano a base de letras inteligentes, humor ácido y una entrega total sobre el escenario.
Este espectáculo marcó el cierre de su segunda gira del año en México —la primera concluyó en marzo tras su participación en el Vive Latino— y consolidó a El Cuarteto de Nos como una de las bandas más queridas y constantes del rock en español.
Una trayectoria que sigue rompiendo moldes
Con más de cuatro décadas de carrera, El Cuarteto de Nos ha trascendido generaciones gracias a su originalidad. Desde el lanzamiento de Raro (2006), disco que redefinió su sonido y los colocó en el mapa continental, la agrupación ha logrado mantenerse vigente sin perder su esencia ni su ironía.
Durante los últimos años, el grupo —liderado por Roberto Musso, junto a Santiago Tavella, Diego Bartaburu y Gustavo “Topo” Antuña— ha recorrido escenarios de América y Europa con una energía que parece desafiar el paso del tiempo.
En esta nueva etapa, sin su histórico integrante Ritchie Musso y con una formación renovada, la banda ha demostrado que el cambio puede ser sinónimo de crecimiento. Su madurez artística se refleja en Puertas, su más reciente producción, un álbum introspectivo que mezcla crítica social, existencialismo y sátira con la agudeza que los caracteriza.
Un setlist que equilibró nostalgia y evolución
El concierto en el Palacio de los Deportes ofreció un setlist de 25 canciones, en el que convivieron clásicos como Yendo a la casa de Damián, El hijo de Hernández y Lo malo de ser bueno, junto con temas más recientes como Fiesta en lo del Dr. Hermes y Contrapunto para humano y computadora.
Los visuales —un aspecto que el público había señalado en giras anteriores— brillaron con un notable salto de calidad. Cada tema estuvo acompañado por proyecciones dinámicas que dialogaban con las letras, llenando el domo de color, ironía y reflexión.
Aunque los fans notaron la ausencia del tema Puertas, que da nombre al disco y a la gira, el espectáculo mantuvo un ritmo impecable. La intensidad de la banda se sintió en cada acorde y en cada interacción de Roberto Musso, quien, entre canciones, ofrecía pequeñas pausas para bromear, reflexionar o simplemente agradecer la fidelidad de su público.
Un accidente que no detuvo el show
Uno de los momentos más comentados de la noche ocurrió durante Maldito show, cuando Roberto Musso sufrió una caída desde el escenario. El incidente provocó una breve pausa de alrededor de 15 minutos, mientras el vocalista recibía atención médica. Sin embargo, en un gesto de profesionalismo y entrega total, regresó con el brazo vendado para continuar el concierto hasta el final, entre ovaciones y gritos de apoyo del público.
La escena, lejos de empañar la noche, reforzó el vínculo entre banda y fans: ese lazo de complicidad que convierte cada show de El Cuarteto de Nos en una experiencia casi familiar, donde la ironía, el desahogo y la ternura conviven en un mismo escenario.
El Cuarteto de Nos y su amor por México
Una de las particularidades más admirables del grupo es su compromiso con el público mexicano. A diferencia de muchas bandas internacionales que solo visitan las grandes capitales, El Cuarteto de Nos recorre constantemente ciudades poco habituales en las giras: Tlaxcala, San Luis Potosí, Mérida, Cancún, Saltillo o Pachuca, entre muchas otras.
Esa cercanía explica por qué cada vez que regresan —ya sea al Auditorio Nacional o a un parque local en Naucalpan— logran convocar a miles de seguidores, tanto veteranos como nuevas generaciones que descubren en su música un espejo de humor y lucidez.
El legado que sigue creciendo
Más allá del éxito comercial o la cantidad de boletos vendidos, lo que distingue al Cuarteto de Nos es su capacidad de reinventarse sin traicionar su esencia. En tiempos donde el rock en español parece buscar su rumbo, ellos se mantienen firmes con letras que cuestionan, ironizan y reflexionan sobre la condición humana.
Sus conciertos son una celebración de lo imperfecto, de lo absurdo y de lo real. Canciones como Cómo pasa el tiempo —una de las más queridas por sus fans— resumen ese equilibrio entre melancolía y sarcasmo que ha hecho de la banda un referente irrepetible.
“No hay otra banda como El Cuarteto de Nos”, concluye Tony Pérez, cronista de esta noche y fan declarado. “Su humor, su lirismo y su autenticidad no se pueden copiar. El día que falten, no solo se irá una banda, se irá una forma de entender la música”.
Una noche que quedará en la historia
El concierto en el Palacio de los Deportes no fue solo una fecha más en la gira. Fue la confirmación de que el legado de El Cuarteto de Nos sigue creciendo, que su público se renueva y que su mensaje —entre la risa y la reflexión— sigue siendo necesario.
Porque, como ellos mismos lo demuestran cada vez que suben al escenario, la ironía también puede ser una forma de ternura.


