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Ritual de Sonido Live En El Foro Indie Rocks.

Cómo cada noche de concierto, cada persona tiene su ritual para ir al toquin, te pones los tenis más cómodos para saltar, buscas en el closet el outfit más chido para destacar, cargas tu celular para unas buenas fotos, llevas tu lana para los drinks y te juntas con los compas para empezar esta travesía dentro del foro Indie Rocks.

El ritual continúa cuando cruzas las puertas del foro, un foro que si lo conoces de años, sabes que ha cambiado para bien, y quienes le tenemos un gran afecto a ese lugar, sabemos que ahí se han presentado las bandas que han marcado un momento muy importante para nuestras vidas, y que lo será para las siguientes generaciones.

En punto de las 7:00 de la noche, las luces del foro se apagaron y la agrupación chilena, La ciencia simple, aparecieron en el escenario, pese a que fueron la primera banda, el público de corazón estaban felices por recibirlos, la música, las luces, y el humo, te transportaban a otro mundo. “Ustedes son el mejor público del mundo” fueron las palabras de los integrantes de la agrupación, dicho esto, el gesto del público mexicano fue gritar y aplaudir como muestra de agradecimiento. ¡Aguante Chile! ¡La raja la ciencia simple!

Solo pasaron unos minutos, y en el escenario se empezaban a mostrar instrumentos prehispánicos, un teponaztli, un huehuetl y una concha marina, solo eso significaba una cosa… Los cogelones estaban a punto de entrar a escenario, el sonido del rock ancestral se escuchaba por todo el foro, y pese a los problemas técnicos, el público no dejaba de mostrar ese afecto por la agrupación. “Abracemos y respetemos a las comunidades indígenas” fueron las palabras del vocalista como recordatorio de donde pertenecemos seguido de un “Arriba los mapuches” agradeciendo a la agrupación chilena que acababa de presentarse. Lamentablemente los problemas técnicos hicieron que el tiempo de la presentación de Los Cogelones fuera mucho más corto, el público se sintió bastante inconforme por la logística, y por más ¡Otra, otra, otra! la agrupación no pudo hacer mucho más que despedirse y abrazar de lejitos con los brazos.

El ritual avanzaba, y las mujeres no podían faltar en este festival, Melenas aparecieron en el escenario, pero se enfrentaron a la inconformidad de un público exigente por la logística que había pasado con la agrupación anterior, una vez empezado el show, la agrupación de argentina se enfrentaba a los problemas técnicos, again. Pero cómo buenas guerreras, y mujeres empoderadas, el show, los visuales y la buena energía, hicieron que todo valiera la pena, cada minuto, cada rasgueo y cada nota, fue entregado con mucho cariño hacia el público mexicano.

El ritual estaba a punto de concluir, no sin antes recibir al grande, como siempre… dejando lo mejor para el final. El staff estaba muy concentrado por que todo saliera bien, afinando las guitarras, colocando los micrófonos y que todo estuviera en su lugar, fue ahí cuando las luces del foro se apagaron, los gritos del público hacían que el piso retumbara, Descartes a Kant hicieron su aparición con sus clásicos outfits uniformados, la música de ellos siempre ha ido más allá de los límites convencionales y eso se demostró en el foro indie rocks, el público de años se sabía cada grito y cada locura de la agrupación.

El ritual acaba, sientes todavía el sonido del foro en tus oídos, y como siempre, una parte de tu corazón queda en ese sitio, te vas con tus amigos por unos buenos tacos, y solo piensas… ¡wow! que buena noche pasé, cierras tus ojos y la vida real forma parte de tus sueños.

a la mitad de la madrugada, mientras ríen y recuerdan cada momento del show. Entre comentarios sobre lo épico que fue ver a La Ciencia Simple, la potencia de Los Cogelones, y la energía imparable de Melenas, los tacos saben aún mejor. Cada bocado está acompañado por un “¿Te acuerdas cuando…?” y carcajadas interminables que hacen que la noche se prolongue como si no quisieran que terminara.

El ritual nunca es solo la música, es la experiencia completa. Desde el camino hacia el foro, las charlas previas con los amigos, hasta los pequeños detalles: el vendedor de cervezas que parecía adivinar cuándo necesitabas una, la playera del merch que compraste como recuerdo, y ese momento fugaz en el que intercambiaste miradas con un desconocido que estaba sintiendo lo mismo que tú en ese instante exacto de la canción. Es la magia que solo los toquines pueden ofrecer: una sensación de comunidad y pertenencia, como si el foro se convirtiera en un santuario donde todos los asistentes dejan de ser extraños por unas horas.

Ya en los tacos, alguien comenta que cada presentación tuvo su propio “ritual”: la conexión espiritual con Los Cogelones, la energía desenfrenada de Descartes a Kant, y la entrega genuina de Melenas. No importa cuántos problemas técnicos haya habido, la música logró lo que siempre hace: unir y hacer olvidar lo cotidiano, aunque sea por una noche. Y aunque el concierto haya terminado, el eco de las guitarras y los coros sigue resonando en la cabeza, como un recordatorio de que esta experiencia será otra anécdota para contar en futuras noches.

El ritual no termina ahí. Mientras avanzan hacia sus casas, el grupo empieza a planear cuál será el próximo concierto que no se pueden perder. Porque saben que cada toquín es una nueva aventura, un nuevo ritual que deja cicatrices en el alma y canciones en el corazón.

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