Desde Tokio, Kikagaku Moyo llegó a la perla tapatía. Previo a su participación en el festival Hipnosis, el quinteto japonés presentó su nuevo álbum en el C3 Stage.
La tercera noche de Hipnosis trajo a Guadalajara uno de los conciertos más esperados del año. Kikagaku Moyo es una de las sensaciones en la escena psicodélica de los últimos tiempos. No solo su origen y su atípica instrumentación es lo que ha generado esta atención. También lo han logrado con consistentes discos de estudio.
El lanzamiento de Masana Temples (2018) es un ejemplo de la evolución creativa de los japoneses. Es con el cuarto LP de esta banda que llegan a Guadalajara, ya con un renombre a las espaldas. Es por eso que no sorprendía la expectativa de muchos tapatíos el miércoles pasado en C3 Stage.
Previo a disfrutar de lo mejor de Kikagaku Moyo, la espera fue amenizada con la llegada de The Polar Dream. El proyecto tapatío ha sido un emblema del post-rock hecho en estas tierras. Con miembros que forman parte del colectivo Mexicadelia, The Polar Dream ha tomado nuevas direcciones e interesantes influencias.
Ahora como quinteto, The Polar Dream deja en el fondo la melodía post-rock y se envuelve en atmósferas sintéticas. Con el tiempo su música ha escapado del riesgo de ser redundante. Incluso no temen en emular la electrónica ambient. Todo con el fin de hacer viajar al escucha a las sensaciones que ellos sienten al crear sus pequeñas epopeyas.
Después de despedirse, los tapatíos dieron paso a la espera por Kikagaku Moyo, quienes no tardaron en aparecer. Go (batería), Tomo (guitarra-voz), Daoud (guitarra), Kotsu (bajo) y Ryu (sitar), salieron para acomodar su set. La emoción solo crecía al verlos en el escenario del C3 Stage.
Finalmente, poco después de las 10:20 pm, los de Tokio hicieron aparición para tocar Entrance. Los temas de su más reciente producción dominaron el setlist de esta noche. La puesta de escena modesta e iluminación estándar bastaron para que los cinco músicos brillaran con cada ejecución. A excepción de las vocales, el audio estuvo a la altura de los artistas presentados en esta gira Hipnosis.
Las habilidades instrumentales de Kikagaku Moyo recuerdan a las primeras bandas de psicodelia. Sin necesidad de mayores sampleos, logran orquestar hipnóticos trances con lo que van tomando en su mano. Guitarras estridentes y con atractivos riffs, una sección rítmica con la habilidad de experimentar, pero también sustentar una canción.
Aunque tal vez lo más llamativo es la enorme sitar conectada como guitarra eléctrica. Además de ser una voz diferente, Ryu Kurosawa puntea figuras melódicas fuera de lo común en el rock occidental.
El encanto tan natural de la ejecución de cada instrumento se eleva con cada yuxtaposición de progresiones. Algunos cambios repentinos y otros que parecieran ir saliendo desde atrás del escenario. Kikagaku Moyo tiene esa habilidad de transitar entre canciones, sin alardear, pero generando catarsis instrumentales de diferente género.
Después de interpretar Fluffy Kosmisch, también del Masana Temples, salieron un momento del escenario para regresar con el pedido encore. Aunque no fue un set corto, varios quedaron con las ganas demás después de un encantamiento tan potente. Los japoneses en el lugar habían logrado su cometido.
Una fortuna para los tapatíos el poder disfrutar en un espacio más íntimo a los Kikagaku Moyo. Artistas que se han vuelto protagonistas de la música psicodelia sin necesidad de mayor parafernalia audiovisual. Esperemos tengan considerado hacer gira nuevamente en nuestro país y disfrutar del viaje oriental una vez más.
Setlist:
- Entrance
- Dripping Sun
- Nazo Nazo
- Green Sugar
- Kogarashi
- Streets of Calcutta
- Gatherings
- Fluffy Kosmisch
Fotos: Raúl Ponce.
