Publicidad

Con invitados de la talla de Sergio Arau, Cecilia Toussaint, Maria Barracuda, Las Víctimas del Dr. Cerebro y Leo de Lozanne, revivieron aquellos momentos que vanagloriaron el pasado.

No muchas personas pasan a la historia de manera positiva, implica esfuerzo, sacrificio y tener ideales bien cimentados  para poder defenderos cuando sea necesario.

La década de los ochentas, es por mucho, diferente a la contemporánea, desde lo intelectual hasta lo artístico, cada componente ha sido transformado. En esa época todo era más arcaico, crecer en la industria acústica parecía una proeza, los medios de comunicación solo se dedicaban a refutar críticamente lo emergente, nada vivía lo suficiente para ser contado.

A la par que nuevas formas de crear música aterrizaban, se desenvolvía, de manera natural, la revolución latina para modificar la estructura de un género, que nació cuando el hombre se dio cuenta que no era tan libre como pensaba; el rock.

Una vez que estas dos fuerzas se cruzaron en un punto, encarnaron la piel de bandas como: Fobia, Enanitos Verdes, Botellita de Jerez, La Lupita, Caifanes, Los Amantes de Lola, y un significativo etcétera, mismas que quedaron enmarcadas en la sala de la majestuosa creatividad. Hoy, no se puede hablar de rock en español sin mencionar a alguna de ellas, son el referente conceptual por excelencia.

Después de haber alcanzado el grado de leyendas y haber roto todos los paradigmas impuestos, una serie de infortunios llevaron al ocaso a muchas luces, sin embargo, gracias a la persistencia de personalidades como Sabo Romo, es que aún podemos ser testigos de la materialización del 4 arte en su forma revolucionaria.

El pasado sábado 25 de agosto, Sabo junto a los otros jinetes del Rock en tu Idioma Sinfónico, lograron desplazarse regresivamente en el tiempo, causando que los sentimientos del público salieran explosivamente.

Siendo las 20:00 horas, cumpliendo con la demanda de la puntualidad, el escenario se iluminó dando aviso del inicio ceremonial. Matenme Por Que Me Muero, fue elegido como instrumento cabalístico, de esta manera, asegurarían que la buena vibra se expandiera por todo el Palacio de los Deportes.

Las sorpresas comenzaron a los pocos minutos, Leonardo de Lozanne, apareció a media interpretación de Lobo-Hombre en Paris, hecho que puso de cabeza a la audiencia, las ovaciones duraron más de un minuto, no cabe duda que el reinado del canta-autor mexicano, pasará a la posteridad.

El ritmo del concierto no daba espacio para la quietud, El Gran Silencio arribó para recordarnos que la vida es muy corta como para preocuparnos por el futuro o rompernos la cabeza con los errores del ayer, lo único importante es este preciso instante.

“Sueña a la par del presente y no del futuro, porque de eso nunca estas tan seguro……..alucinante, tan lleno de amor, lleno de amor”. 

Rostros Ocultos surgió de las bambalinas para arrancar los corazones destrozados de los espectadores y llevárselos a la inmensa colección que El Final ha enriquecido por décadas.

Bajo la misma premisa, pero con un nivel superior de manía, Las  Victimas del Dr. Cerebro manifestaron toda su energía en su cameo, como era lógico ningún esqueleto permaneció inmóvil.

Como lo marca la tradición, para terminar con la misma efectividad con la que comenzaron, homenajeando a su viejo amigo Gustavo Cerati, la canción que se encargó de cubrir la tarima con el telón fue Cuando Pase El Temblor.

Ellos no sea van, solo dicen hasta luego, tienen que recuperar la fuerza cedida en esta increíble presentación. ¿Crees estar listo para el volumen III de Rock en tu Idioma Sinfónico?

rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico rock en tu idioma sinfónico

Deja tu comentario:
Diego Vazquez
Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.