El Pulso GNP generó una gran expectativa con un line up envidiable. Bastantes bandas consolidadas y una gran variedad de géneros hicieron que un sábado en Querétaro se llenará de música.
Al ocurrir en el estado vecino de Estado de México y CDMX, muchos residentes de estas zonas se guardaron el viernes en la noche para salir frescos y descansados rumbo a Querétaro el sábado por la mañana ante un evento que fue sold out un día antes.
Una barbacoa en el camino y algunas cervezas para combatir el calor que comenzaba a calentar la tierra queretense. También un playlist especial con todas las bandas del festival. Un poco de rock, un poco de electrónica y hip hop. Quizá eso hizo que el público fuera plural y encontrabas de todo entre la multitud.
El último reto fue el acceso en auto, ya pues, casi nadie conocía el lugar y para llegar había que ser pacientes en el auto para encontrar estacionamiento o que te dejara el Uber en la entrada. Una vez librada la última prueba, ahora sí, a disfrutar del festival.
Buena vibra entre la gente. Calor intenso que quemó a más de uno pero se agradeció el agua gratis que proporcionaban periódicamente para hidratar al organismo.
Los escenarios bien, a una distancia correcta entre uno y otro, pero las dificultades eran para ir a la zona de comida o los baños, los cuáles significaba usar, al menos, 10 minutos de recorrido para estas necesidades básicas.
Además, en cuanto cayó la tarde, el evento con localidades agotadas comenzó a llenarse completamente, provocando un caos en la fila de cerveza y zona de comida, que no se daba abasto y no hubo prevención para tener la bebida fría o los alimentos bien preparados.
De los primeros en encender ánimos fue Elsa y Elmar, así como Millonario. El calor nos hirvió la sangre y fueron los primeros brincos, gritos y aplausos masivos para la banda.
Alemán dio cátedra de palabras. Invitó a Simpson Ahuevo y juntos nos pusieron a cantar con Corre. Lamentablemente, hubo fallas de audio después, con lo cual una gran parte del show se vio afectado.
La Gusana Ciega siempre es garantía sobre el escenario y Caloncho se puso guapachoso. Por ahí se aventó Amor Violento y todos la reconocimos y cantamos. Un poco de cumbia para bailar y el sol no cedía.
Jarabe de Palo fue el detonante musical. Explosividad de sonidos y un saxofón le dieron emotivos arreglos a las clásicas canciones como La Flaca, Depende o Agua.
Por otro lado, División Minúscula nos trasladó a nuestros años de prepa y secundaria, cuando no existian festivales como éste, cuando ir a verlos era toda una odisea y ahora, después de 10 o 15 años, reavivamos nuestro joven interior que cantó las canciones con las que crecimos.
Zoé, Porter y Café Tacuba fueron el plato fuerte. La noche cayó y ahí estábamos todos, bajo las estrellas, viendo a bandas mexicanas que nos han acompañado durante tantos años.
Terminadas las bandas antes mencionadas, llegaron los angloparlantes. The Vaccines salió con energía. No se nos permitió descansar. Y ahí estábamos todos, o una mayoría, porque muchos se comenzaron a retirar o a descansar o no se sabe bien, pero el chiste es que había baja convocatoria para una gran banda.
MGMT se encargó de cerrar ante un público agotado que si quería ver a todas las bandas, no se permitían descansar.
Algunos más decidieron ahorrar sus últimas fuerzas para poder salir de ahí (a pesar de tener el cierre con un DJ set de The Horrors), porque así, como fue todo un reto llegar, el mismo reto se presentó a la salida, con una sonrisa socarrona.
¿Estuvo bueno? Sí. ¿Se puede mejorar? También. Como con todos los festivales, nada es perfecto, pero para ser una primera edición lo hicieron muy bien. Nuevamente la música fue la protagonista del día.
El Pulso GNP se lució con un excelente cartel. Hubo mucha música, cerveza y bastante calor. No sabemos, pero quizá estamos ante el comienzo de un festival que puede hacer historia en sus siguientes ediciones.