La Pegatina es uno de esos grupos que te alegra, no solo la noche, probablemente también la vida.
Llegaba el viernes por la noche y a los alrededores del Auditorio Nacional había personas bastante bien arregladas, en su mayoría mujeres, todas esperando ingresar para ver a Yuridia al mayor recinto de conciertos de la colonia Polanco.
El camino para nosotros era distinto, rumbo al Lunario apenas un puñado de individuos esperando ingresar, al principio parecía que la noche sería larga y sin chiste, todo cambió cuando al entrar al foro secundario, El Lunario del Auditorio, centenas de fans esperaban ansiosos la llegada desde Barcelona de La Pegatina.
El motivo que trajo de regreso a la banda es presentar su nuevo disco Ahora o Nunca, que salió hace un mes y el cual tuvo gran aceptación por parte de los seguidores. Pasadas las 9:00 pm. la música previa cesó y las luces del Lunario se apagaron casi en su totalidad, poco a poco Rubén, Ovidi, Ferrán, Axel, Romain, Sergi y Miki fueron tomando posesión de sus instrumentos y al final salió Adrià para que comenzara la fiesta de ska y rumba.
Heridas de Guerra puso a todos los reunidos en el recinto a cantar ‘Y lloré, y lloré tanto que me vacié’ mientras una cantidad inimaginable de papelitos volaban desde el escenario hacía el público que saltaba y hacía que el piso vibrara. Y Volar junto con Miranda y Curandero fueron las encargadas de que los ánimos se mantuvieran al 100 y nunca más bajó la intensidad durante el show.
La Pegatina es uno de esos grupos que te alegra, no solo la noche, probablemente también la vida, con todo y que un servidor no es seguidor del ska. Bailan, hacen coreografías (o intentos de), emanan felicidad sus rostros, son verdaderos hermanos que se conocen de pies a cabeza, se lanzan besos, se abrazan, brincan, gritan, realmente te hacen quererlos y sobre todo, te sientes partícipe de cada canción, de cada coro. En pocas palabras, es una conjunción maravillosa de individuos talentosos.
Describir lo que sucedió en cada canción interpretada sería hacerte leer un párrafo enorme, pues cada tema fue distinto en su desarrollo. Hubo momentos de alegría, donde todos, absolutamente todos (sí, incluidos los meseros) bailaban, aplaudían y saltaban. En los solos de guitarra, percusiones, acordeón nos envolvía una paz que ni el mismo Thanos podrá conocer algún día en su vida (fav si entendiste la referencia). Lo increíble, es que las rolas en otro idioma se las sabían completitas.
“Es hermoso estar aquí, hemos venido al Alicia y éste es nuestro primer Lunario y ya queremos repetir”, comentó Adriá que tomaba tiempo en para divertirse con su crew. Mención aparte para Romain que disfrutó en cada momento tener tan cerca al público, incluso Rubén arengaba al respetable para que este se exaltara, sí, aún se podía más.
Como mencionamos, el punto central del evento es la presentación de su nuevo material. “Me sorprenden, son el mejor público, apenas un mes tiene el disco y ya se saben todas las canciones”, y tenía razón el vocalista, cada tema del Ahora o Nunca fue cantado al unísono, sin importar que fuera movidito como la rola que da título al álbum o lentita como Solo Yo o La Tempestad. A diferencia del disco, la velada solo contó con un invitado, Juanito Ayala, aunque su participación se dio en Olivia, perteneciente a otro material.
“Llegó la hora de decir adiós, pero queremos repetir en este lugar, queremos que sean el primer país donde más nos presentamos”, dijo Adrià al tiempo que Mari Carmen (tu hijo está en el after hour) sonaba. Lloverá y yo veré y la parte instrumental de Gat Rumberu fueron las elegidas para cerrar la fiesta de los barceloneses, entre globos, papelitos color plata, luces de colores y donde el gran amor público/banda/público se vivió de principio a fin… ¿quién se presentó en el Lunario del Auditorio? Sólo existe una respuesta, ¡La Pegatina!
Fotos por: Ernesto Benitez
