Fuimos al Hell and Heaven, el festival de metal y rock pesado más importante de la Ciudad de México a ver cómo es un festival de este tipo y a mezclarme entre la gente.
La oferta de festivales musicales en la Ciudad de México es inmensamente amplia y el tener la oportunidad de abrir tus horizontes a géneros distintos a los que acostumbras escuchar está prácticamente a la mano cada mes con una nueva propuesta para ver en vivo. Había llegado el momento de escuchar en vivo a leyendas de la música y nuevas propuestas de metal.
VIERNES 4 DE MAYO
Llegué al festival con la idea de ver a las bandas mexicanas y latinoamericanas que se presentaban (algo que, por mucho, es de las mejores propuestas del festival). De la mano de Cardiel, Sierra León, The Wanted, De la Tierra y Ágora pude disfrutar de un inicio interesante, lleno de locura con guitarras y letras en inglés y español de bandas que están sonando fuerte en nuestro país.
Al caminar por las ya tradicionales activaciones de patrocinadores di con un lugar increíble que nada tenía que ver con marcas llamado “BARCADE” que, en efecto, era un arcade donde las “maquinitas” de Pacman, Space Invaders y Street Fighter reinaban en una zona donde, sin tener que poner ninguna moneda, podías jugar las veces que quisieras. Yo me sentí en Stranger Things o en su serie ochentera favorita, saltando barriles con Mario en Donkey Kong.
Justo cuando empezaba a entrar más y más a la dinámica del festival, empezó a llover. Pero lo que empezó como una ligera lluvia terminó en un caos que estuvo muy cerca de parecerse al famoso Corona Capital “del lodo”, que en 2014 nos dejó empapados mientras esperábamos ver a Massive Attack, Jack White y MGMT.
Mientras muchos buscaban refugio escuchábamos de lejos, desde donde podíamos, a bandas como Refused y Dead Cross pero la lluvia no daba tregua. Comenzó Mastodon y sumado a que su presentación no fue la mejor, estábamos mojándonos más y la lluvia no dejaba de caer a cántaros, con todo, como si no quisiera que disfrutáramos el festival.
Turno de Deep Purple y a todos se nos olvidó la lluvia. Qué cabrón tocan. Fue la mejor presentación del día (y eso que Scorpions la rompió con un set clásico y canciones como The Zoo, Send Me an Angel y Wind Of Change) y aunque todos estábamos de malas por el clima, pudimos escuchar con claridad a una de las bandas precursoras del metal contemporáneo con un audio impresionante.
Acabó la lluvia en Scorpions y su brillante set lleno de rock ochentero a la “Universal Stereo” terminó con la reconocida y explosiva Rock You Like a Hurricane. Regresamos a casa a secarnos, bañarnos y recobrar fuerzas para el sábado, que rogábamos no terminara igual que el primer día.
SÁBADO 5 DE MAYO
Preparado para una lluvia de diluvio, llegué al festival con mi playera bien metalcore de Joliette y aunque venía en el metro escuchando Blow Your Mind (Mwah) de Dua Lipa, Ahora Te Puedes Marchar de Luis Miguel y Rasing the Skate de Speedy Ortiz, yo sabía que ya estaba al 100 para el segundo día del festival. Los grandes esperaban.
Inicié viendo a Los Viejos (a quienes recordé cuando abrieron el concierto de The Vaccines en 2013) y su punk pesado, para llevarme una buena dosis de slam tempranero. Fui a ver el final de Saxon y su glam rock setentero y terminé con el death metal de la mano de los franceses de Gojira que en serio saben cómo romper las bocinas con un gran sonido.
Fui corriendo a ver a Brujería, quienes ya son famosos por su música pesada y contestataria, para entrar al mejor slam de la tarde/noche mientras la gente le mentaba la madre al presidente de Estados Unidos. Salí con el tiempo encima porque el show de Marilyn Manson ya había empezado y quedé sorprendido con la calidad escénica y musical del estadounidense, lástima que por momentos se escuchaba mal el audio de la banda.
Vi un rato de Megadeth y sin duda siguen siendo de las mejores bandas de thrash metal con canciones como “Hangar 18”, “A Tout Le Monde” y “Symphony Of Destruction”. La noche avanzaba y alcancé a ver el final de la presentación de Hollywood Undead, una banda que toca rock/metal con hip-hop y aunque no había tanta gente, supieron entregar lo mejor de sí para el público que fue a verlos.
A las 9:00 PM llegó el momento de ver a Jack Black y su explosivo proyecto de Tenacious D. Al igual que en sus películas, el actor estadounidense de Nacho Libre y Escuela de Rock hace chistes, baila, platica con la gente y se ríe con sus compañeros en el escenario. Al ritmo de Friendship, The Metal y Tribute, Jack y Kyle quedaron felices con México y se despidieron con una sonrisa.
Por su parte Judas Priest llenó de heavy metal el escenario Heaven mientras otros veían la emocionante y espectacular presentación sinfónica de Epica. Todos se iban juntando alrededor del escenario Hell para ver al estelar de la noche, que cargaría con el peso de cerrar el festival y de tener detrás el legado de una de las bandas de metal más importantes de la historia.
Ozzy Osbourne salió a escena luego de un breve video de la vida del cantante y, tras prenderse una cruz gigante, Bark at the Moon inició un festín de recuerdos que no se detuvo. Ozzy, al tener gran pasado con Black Sabbath, une generaciones de una forma especial, ya que abuelos, nietos e hijos cantaron igual War Pigs, Shot in the Dark y Paranoid.
Terminé el festival con los oídos más abiertos, listos para poder escuchar nuevamente a las bandas que pude apreciar de una forma diferente gracias a este festival que une familias y amigos. Quién sabe, igual y el Hell and Heaven conquistó a uno que otro chavo hipster alternativo al que le gusta ir al Corona Capital, gracias a sus bandas mexicanas, latinoamericanas y anglosajonas de metal y rock de primer nivel.
Fotos por: OCESA
