Ariel Pink regaló una noche llena de momentos irrepetibles y explosivos en Guadalajara.
Fotos y reseña por: Israel de la Torre
Una pregunta rondaba en lo que el público esperaba la salida de Ariel Pink al escenario del C3 Stage ¿A qué rincón de su extraño mundo nos llevará esta noche? El músico angelino haría su debut en Guadalajara y el hecho ameritaba un viaje único y especial.
Entre los gritos y aplausos, acompañado por su banda, Ariel Marcus hizo su aparición. Con los labios pintados color plateado, una camisa muy kitsch, azul y llena de brillos y una bolsa cangurera que difícilmente encajaba con el resto de su look, así fue como salió disparado para arrancar con Night time Is Great!, su canción de presentación por excelencia. Así de fácil, dejando de lado algunos problemas técnicos con su micrófono, Ariel Pink contagió de su locura a las personas que lo habían ido a ver.
A lo largo del show fue mezclando temas de los dos álbumes que ha editado a secas como Ariel Pink. Put Your Number in My Phone, Lipstick y White Freckles fueron las primeras que sonaron por parte del Pom Pom. Mientras, la balada sugestiva Another Weekend nos daba la bienvenida a su más reciente producción, el tributo al músico maldito Bobby Jameson, de la que también se desprendieron Time to Meet Your God con toda su onda kraut y I Wanna Be Young.
La actitud de Ariel Pink y el sentimiento que imprime al cantar son dignos de comparar con una de las más recientes actuaciones de Jack Black. Quien ya haya visto The Polka King de Maya Forbes, le será imposible no pensar en el carismático Jan Lewan. Claro, Ariel Pink siendo un poco, solo un poco, más friki.
Cada tema que interpretaron, incluyendo los del antiguo proyecto de este multiinstrumentista, Ariel Pink’s Haunted Graffiti, era como una tormenta. En momentos calmada, con melodías pop locas y fantasiosas. Pero en menos de tres segundos se volvía implacable y azotaba con todo y truenos.
Ya llegando a la parte final, sonó Baby, su infalible versión a Donnie y Joe Emerson, que conectó sus shuba shuba con el último tema del set: la delicada y relajante Do Yourself a Favor. La banda regresó al escenario para tocar la canción homónima al último disco de Ariel Pink y seguir con la electrizante Bubblegum Dreams que hizo aplaudir a todos en el C3 Stage.
Sin darnos cuenta, Ariel Pink nos había dado un recorrido a través de los lugares más creepys de su cabeza. Desde el proyecto que lo puso en el mapa como Ariel Pink’s Haunted Graffiti y los temas Bright Lit Blue Skies y Round and Round, hasta su faceta más reciente, en la que se siente identificado con ese oscuro personaje de la música estadounidense que jamás pudo trascender el estatus de artista maldito.