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Navegando arduamente en la inmensidad de grupos underground, podemos encontrar desde niños jugando en el patio de su casa hasta monumentos al arte a partir de complejas expresiones de creatividad. Entre Desiertos. La alineación que rompe tantos esquemas como el plano universal se los permite.

En los últimos años Tijuana se ha mostrado agradable en la inclusión de agrupaciones con desapego al género de casa, buenas o malas decisiones son parte del libertinaje. Tomando en cuenta el centenar de peticiones, es una hazaña técnicamente utópica alimentar nuestro sistema auditivo con algo sin soberbia sobre valoración.

Actualmente la escena independiente se torna demasiado confusa, acercándonos peligrosamente al “Nadie sabe para quién trabaja”, reconociendo el esfuerzo de las disqueras que intentan cubrir las demandas de una generación absolutamente cegada por la ambición, fenómeno que causa el autoritarismo, sobreponiendo el dinero por encima del talento. Dichosamente, personas que contraen sus impulsos y resguardan con amor propio sus impecables creaciones, quedan en la tierra.

Násmar Guzmán (batería), Jacinto García (sintetizador/teclado), Mauricio Ruiz (bajo), Javier Gómez (guitarra), fueron electos por la experiencia y la conciencia casi telequinesia de Rommel Santellanes (voz/guitarra) para formar un proyecto que desde el 2014 escala vertiginosamente entre los aguerridos puestos del rock contemporáneo, pisando con mucha cautela para no tropezar donde tantos: El engorroso código de oferta – demanda; fama inmediata y fugaz que solo terminara por descuartizar sus sueños.

Un año divagando de mano productora en mano productora y sin un nombre que los identificara, fue el abono que los bajacalifornianos tuvieron que pagar para transmutar sus melodías en un material físico. La dura prueba dejó secuelas: Apatía, inseguridad y 5 carteras vacías.

Todo sacrificio conlleva una recompensa, en esta industria las nuevas inversiones sonoras son la clave fáctica para la prosperidad. Diego Rangel (bajista de Porter) amalgamó con precisa majestuosidad el primer laurel: Entre Desiertos EP (2015).

Este primer álbum es un motor que carbura con psicodelia referente a la vieja guardia típica de años mozos de Inglaterra. Un piano que funge como mausoleo estridente, bajando y subiendo el ritmo cardiaco del receptor. La voz temple de Rommel crea un ambiente seco y fuera del contexto cálido. Los integrantes llevan instrumentos añejos que resaltan su actitud firme ante las tentaciones mediáticas.

Un serie presentaciones alrededor de la República Mexicana fueron una gran patada de inicio para un horizonte lleno de alucinaciones.

Enero del 2017 tuvo gran participación en la carrera de los músicos, un acervo de 5 tracks quinestésicos que presagian su accesible incursión en la industria: Cuadráticas EP

Las aspiraciones personales se pueden fácilmente confundir con inconformidad, pero en este caso es síndrome de abstinencia por consolidad el próximo concepto. En julio de 2017 su pecho estaño para generar Semáforo, material con singulares toques de jazz, tomando parte de las enseñanzas herméticas de la electrónica clásica, quitándonos el sombrero para redimir con el respeto que se merece a Industrias WIO, sello discográfico con atmosférica libertad.

El peregrinar de las bandas independientes, es una lucha constante por mantener sus principios como estandarte, al mismo tiempo que buscan monetizar sus proyectos. El destino de sus reputaciones en ocasiones cuelga de nuestras manos, seamos indolentes.

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Diego Vazquez
Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.