Laura Pergolizzi, mejor conocida como LP, carga con más años musicales en la espalda de los que crees, y esto es gracias a sus colaboraciones (líricamente) con artistas como Rihanna y Cristina Aguilera.
Sin embargo era tiempo de que tuviera el reconocimiento que merece en la industria, así que decidió, hace varias lunas, hacerse de una carrera solista que ha fructificado bastante. Esta vez nos llega un EP titulado Death Valley, un mini álbum que toca todas las facetas de la susodicha.
Todos tendemos a adentrarnos en la búsqueda de un estilo particular, eso que nos diferencia del resto y nos hace un poco más reales. La vida se vuelve entonces una carrera por ver quién es el más auténtico, más original y más interesante; todo resulta bien hasta que nos damos cuenta de que pasamos por alto lo obvio y el verdadero objetivo, ser feliz y estar contento con lo que somos. Por suerte esto no aplica para LP, ella siempre ha tenido el súper poder de destacarse del resto, algo así como el frijol en el arroz.
Su estilo musical es atrayente, sus letras más. Es una artista que no necesita justificarse, que comulga satisfactoriamente con el gusto de la mayoría y que su timbre hace mella en el sentimiento. Comenzamos con Muddy Waters, la apertura del EP y sus notas que recuerdan el gospel, claro que lo combina con un track electro pop que atmosferiza muy bien el encuentro.
Le sigue Lost on You, la mejor de las cinco. Tiene esa esencia de LP que ya hemos saboreado antes, con su acompañamiento en guitarra acústica y sus sonidos que asemejan un folk de otra época. Con la misma temática retumba Strange, una canción bastante bien lograda que usa la voz particular de Laura para alcanzar nuevos horizontes. En cuanto a musicalización se puede sentir esa nueva ola de folklore contemporáneo y probado en el que pareciera ser que es éxito seguro soltar unas palmadas por aquí, unos “Hey” por allá, la diferencia es que aquí se siente adecuado, preciso, real.
Death Valley cambia las formas, se atestigua un rock pop moderno sabroso que bien cabría en cualquier estación de radio de moda. LP muestra, con esta entrega, que tiene algunas facetas todavía por experimentar y que su abanico de posibilidades es amplio. Cabe perfecto en lo contemporáneo al mezclar lo antiguo con lo nuevo, el look Bob Dylan con los éxitos juveniles, lo independiente con las fórmulas del éxito.
Other People acaba con la obra y oiremos el clásico silbido que llevó a LP a consagrarse como una artista reconocida, porque seamos sinceros, supimos que existía hasta que escuchamos Into the Wild y ese silbido que caía perfecto en la totalidad.
Death Valley es un mini álbum que recorre todas las caras de alguien que ha sabido colarse en la música, que le sobra el talento como para repartirlo con otros y que, a su más puro estilo, nos demuestra que no hay que faltarle el respeto a la identidad para ser reconocido por otros ojos y , mejor, otras almas.