Entre marimbas, metales, guitarras y percusiones, el Frontón México fue la casa de la cumbia por mas de 5 horas continuas con La Delio Valdez, Son Rompe Pera y Mixanteña de Santa Cecilia.
Siendo presidente Emilio Portes Gil, se colocó la primera piedra del Frontón México; obra de los arquitectos Teodoro Kunhardt y Joaquín Capilla, justo a un costado de la Plaza de la República, en la colonia Tabacalera.
Un edificio digno de la corriente art decó, de origen francés, que influyó en la arquitectura mexicana. Reflejando el optimismo tras el fin de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de Estados Unidos.
Años atrás los frontones y las apuestas se prohibieron bajo la orden de Profirio Díaz. Fue hasta finales del siglo XIX que la pelota vasca recobró popularidad y las reuniones, de entonces, se establecieron en el recinto de la Tabacalera.
A Díaz le gustaba la ópera y el vals. Posiblemente en algún momento le atrajo la marimba, instrumento de origen africano, que llegó a nuestro continente a través de los esclavos en el período colonial. Digo que “posiblemente” porque es imposible dejar de escuchar la pentatónica del piano de América.
Al grito de ¡arriba Naucalpan!
Lo mismo ocurre cuando ves postrada en el escenario la gran marimba negra. Que ha sido durante mucho tiempo una forma de vida para los hermanos Gama desde su andares -cargándola- por las calles de Naucalpan, Estado de México.
La conexión que inmediatamente tiene Kacho (José Angel) y Mongo (Alan) con el público es inaudita. De fondo el gran visual le dice a los nuevos adeptos, que se trata de Son Rompe Pera. Una fusión con bases de cumbia, rock, ska, danzón, y la amplia gama -como el apellido familiar- del folclor mexicano.
Es de aplausos, grandes aplausos, ver que en ningún momento la energía se vino abajo durante su presentación. Unos segundos bastaron para cambiar de instrumento entre guitarra y marimba, entre congas y bongós, para disfrutar a los teloneros de lujo, que bien pudieron ser el grupo principal. Tienen con qué.
Por el pasillo obscuro del Frontón México, llegaron militantes -fieles seguidores- uniformados con la orgullosa playera negra a letras blancas “Cumbia is the New Punk”.
Absolutamente nadie se resistió a la cumbia y al punk de los Son Rompe Pera. Con perfecta ejecución y armonía muestran sus años en la música, pero sobre todo el goce de estar siendo ellos, siendo libres, su estado natural.
Fue una noche cargada de energía y diversidad, que en cuestión de segundos lució concurrida la explanada del frontón, o lo que delimitaron con cortinas negras.
Así salió uno por uno, desfilando por la orilla del escenario, La Delio Valdez, para hacer vibrar al público mexicano en su cierre de gira en la Ciudad de México.
Con su característico estilo que fusiona cumbia, salsa, reggae y diversos ritmos afro-latinos, la orquesta tuvo entre manos una explosión de sonidos que invitó a la audiencia a entregarse por completo al baile.
Frases para el o la ex, frases para la vida, así fue el hilo conductor del concierto sabatino, con talentosos músicos provenientes de diversas regiones, desbordando en el escenario energía contagiosa que se propagó entre los asistentes, parejas y desconocidos que al final son familia unidos por la música.
No olvidar Las Catonas
Desde el momento en que La Delio Valdez pisó el escenario, el público fue transportado a un viaje musical que exploró las raíces afro-latinas de la música popular. Con su impecable ejecución instrumental y su poderoso despliegue vocal, la banda logró capturar la esencia de la cumbia y otros géneros tradicionales, al mismo tiempo que incorporaba elementos contemporáneos que le dieron un giro fresco y moderno a su propuesta musical.
A través de su carisma y su interacción constante con el público, la orquesta logró crear una atmósfera de cercanía y camaradería que hizo que todos se sintieran parte de la gran fiesta.
Testigos de la pasión y el compromiso que cada músico llevó en su acordes, los pases de baile fueron la cereza del pastel de La Delio Valdez con su arte.
La diversidad cultural fue otro elemento fundamental en el gran festejo. A través de su música, la banda celebró la riqueza y la multiplicidad de influencias que convergen en América Latina, creando un espacio inclusivo donde todas las identidades y expresiones fueron bienvenidas.
Desde las melodías pegajosas de la cumbia hasta los ritmos frenéticos de la salsa, La Delio demostró que la música es un lenguaje universal que trasciende fronteras y conecta a las personas a nivel emocional y espiritual.
Gran sorpresa al ver que roadies cargaban la mariba de los Son, para situarla al centro. Se veía venir el éxtasis de la colalboración entre estos dos exponentes. Y cumplieron bien. Dejando con ganas de mas canciones juntos.
La calidad técnica del concierto también merece ser destacada. La producción impecable y el sonido cristalino permitieron que cada nota y cada ritmo resonaran con claridad en todo el recinto.
Además, la puesta en escena dinámica y vibrante complementó perfectamente la energía arrolladora de la música, creando un espectáculo visualmente impactante que mantuvo a todos los presentes cautivados de principio a fin.
Vivir la cumbia con La Delio Valdez en el Frontón México fue una experiencia inolvidable que demostró el poder transformador de la música en vivo. Con su fusión única de ritmos y culturas, el ambiente de celebración y hermandad, trascendió y dejó huella.
Desde la Mixanteña de Santa Cecilia, Son Rompe Pera, y hasta La Delio Valdez, dejaron claro que son las propuestas más emocionantes y originales de la escena musical contemporánea, y su paso por México deja un precedente de excelencia artística y compromiso con la diversidad.
Gracias a Porfirio Díaz y Emilio Portes Gil que sin saberlo, fueron parte de esta gran fiesta chilanga.
