Un mundo sin Travis no sería el mismo, y así lo demuestran en 10 Songs. Te platicamos del noveno álbum lanzado por la banda consentida de Glasgow.
Un paso atrás para caminar hacia adelante, parece que esa fue la encomienda de Travis para su nuevo lanzamiento. Basta leer el título, el más simple que podrían pensar. 10 songs (2020), así sin mayor explicación o concepto. Pero vaya sorpresa al escucharlo, cuando te das cuenta que se trata de su disco con mayor cohesión en años.
No hay mucho que repasar de su historia, siendo una agrupación tan conocida y celebrada en México. Fran Healy incluso vino a estrenar el documental Almost Fashionable (2018) en el Festival de Cine de Morelia.
Pero hay que recalcar la longevidad de un proyecto fundado en 1990 en Escocia. Si bien sus obras magnas son cosa del pasado, el cariño de sus fans no ha disminuido. Todo lo contrario, prueba de ello su más reciente participación en el Corona Capital. Propuestas más jóvenes (algunas incluso influenciadas por Travis) no lograron superar tal paso del tiempo.
Aun así, es una situación atípica a la que los músicos se han referido en entrevistas. Replantearse el camino ha sido entonces la tónica del cuarteto en los últimos diez años. Tal vez por eso Fran (voz), Dougie (bajo), Neil (batería) y Andy (guitarra), decidieron olvidarse de reestructuras en 10 Songs.
El LP número nueve de Travis sacrifica hits inmediatos por un retorno al melancólico estilo de sus inicios post-britpop. Concretamente al de las épocas de The Man Who (1999) y The Invisible Band (2001). Puntos de inicio para cualquiera de sus fans, apuesta que asegurará un lugar especial en los corazones de aquellos seguidores más fieles.
Es cierto, que ya no son los jóvenes soñadores cuestionando sobre días nublados y buscando esperanza en cada esquina. No sorprende entonces la falta de inmediatez de este decálogo de nuevos temas.
Pero son también los años los que les han permitido imprimir una nostalgia, tan orgánica que se vuelve adictiva. Son melodías que se vuelven entrañables con cada reproducción. Aprovechando las cualidades de Travis al máximo, en especial su inigualable vocalista y las cautivadoras armonías de piano.
Retrospectiva notoria en el primer single lanzado hace casi un año Kissing in The Wind. Pero para llegar a este track número ocho, antes están varias gemas compuestas en su totalidad por Healy. Estructurado como un viaje al pasado el disco inicia con Waving in the Window.
Otro de los singles, The Only Thing, junto a Susanna Hoffs de The Bangles, es un aporte agradecido al sonido de la banda. Por otro lado, Valentine es tal vez el único espacio donde encontramos guitarras distorsionadas. Una última irrupción rockera entre un cúmulo de armonías pop como A Ghost, tal vez el hit previo más destacado.
Con cada canción se despojan de todas las máscaras que han adoptado en su carrera. De esta manera llegamos al brillante final con Nina’s Song y la balada a piano No Love Lost. Los de Glasgow se toman su tiempo para que cada nota cuente y cale hondo. Y aunque la parsimonia sea la reina de este lanzamiento, al final la música de Travis fluye como no lo había hecho en mucho tiempo.
Sin capas sofisticadas de producción, 10 Songs no complejiza su propuesta por necedad. Es como si Fran Healy y compañía quisieran abrazar a sus fans con lo más sencillo que pueden ofrecer. Y a veces, esos son los mejores regalos.
Cumpliendo 30 años de historia, Travis sigue siendo emblema y refugio para los desahuciados. Esos que buscan esperanza y consuelo en una simple y melancólica melodía. No sabemos cuánto seguirán por aquí, pero por salud mental del mundo, tal vez nunca se deberían de ir.