Dicen que una mirada puede hablarte más que cien palabras; una mirada puede sugerir culpabilidad, amenaza, alegría, excitación, incluso revelar la verdadera naturaleza de un sujeto o de una situación: para nosotros la mirada en los ojos de Alfred Hitchcock revela algo que va más allá del bien o del mal.
Revela la naturaleza y la esencia de un presunto culpable, del horror, del misterio, la concepción del cine trasformado en un cámara y acción.
¿Qué no se ha dicho de Alfred Hitchcock que no sepamos hasta ahora? Sabemos perfectamente sus grandes cualidades, desde las más teóricas hasta las más practicas, sabemos que fue pionero de la pantalla azul, sabemos que junto con Saúl Bass rompió mitos en la producción de los créditos iniciales en los filmes, el libro de Truffaut es materia obligada; pero ya con todo esto en la mesa; ¿Cual es la verdadera esencia de la mirada del ingles?
Alfred Joseph Hitchcock, genio de mirada fija como espina y fría como iceberg vio su primera luz un 13 de agosto de 1899, en el gélido y nebuloso Leytonstone, hijo de un matrimonio con una economía estable, la figura de su padre fue clave en su concepción y quehacer cinematográfico.
Su papá, un comerciante de comestibles fue inspiración en todo para Alfred Hitchcock, incluso en su forma de comprender el miedo.
El autoritarismo, el catolicismo, el orden lleno de golpeteos de disciplina fueron unos de sus traumas que logró impregnar en su lenguaje cinematográfico; destacando la conocida historia del encarcelamiento juvenil de Alfred Hitchcock.
Un castigo muy exagerado para un joven Alfred Hitchcock que gustaba de ir y venir en el transporte público, terminó con un pequeño Hitch castigado de forma tan cruel y severa por su padre; que siendo amigo del alguacil de la policía local, logró que su hijo fuera siendo enviado a prisión sin comprender realmente por qué estaba ahí.
El método del castigo, por supuesto que era altamente dramático, el pupilo debía decidir cuándo debía de acudir al castigo que se le había impuesto… algo parecido a la ejecución.
El cuento del presunto culpable y todo el suspenso que da el no comprender el porqué se sufrían esas cosas fueron siempre muchas de las grandes premisas de la mayoría de sus filmes, iniciando de forma anecdótica en el año de 1922 como director.
Alfred Hitchcock que ya se había desempeñado en su juventud en labores de producción, comenzó a jugar con sus propios miedos para poder lanzar su carrera hasta lo más alto; desde los métodos de castigo que recibía en su colegio durante su juventud.
Los terrores inculcados por su padre, la extrema religiosidad e incluso el dogma de no comprender por qué se tienen tantos miedos eran solo algunas de las semillas que germinaron con The Logder en el ya lejano año de 1927.
Podemos considerar a Alfred Hitchcock como un aprendiz de William Shakespeare, esto por sus facultades y actitudes teatrales. Chales Dickens y Walter Scott, sin duda son sus principales musas al referirnos a sus métodos de elaboración de guion e historia, Mornau, Frtiz Lang e incluso Luis Buñuel marcaron su estilo cinematográfico, la obscuridad y la narrativa poderosa; y por ultimo pero la más importante, Alma, su esposa, su compañera en todos sus proyectos y según muchos, la verdadera genio detrás del genio.
Si han sido educados en los jesuitas como yo lo fui, estos elementos tienen importancia, yo me sentía aterrorizado por la policía, por los padres jesuitas, por el castigo físico, por un montón de cosas. Éstas son las raíces de mi trabajo.
El llamado McGuffin, el elemento clave y primordial en el cine del creador inglés, lo podemos definir como un elemento de avance de un personaje, pero teniendo siempre en cuenta que no tiene mucha relevancia con la trama final; en un resumen mucho más simple, el McGuffin es una de las piezas de oro del cine Hitchcockiano, pero no es clave en el filme, es su piedra angular rumbo a los llamados giros Hitchcockiano.
Me pareció fundamental incluir el McGuffin al hablar de Alfred Hitchcock, ya que en todas sus películas es un elemento clásico y clave en su mirada; por ejemplo recordemos en Psycho, Marion –la protagonista aparente del filme– huye de su trabajo y vida con un maletín lleno de miles de dólares; al final llega al Bates Motel y tenemos prácticamente una nueva historia.
La mirada de Alfred Hitchcock es relevante con el McGuffin al trasmutar la trascendencia del aparente protagonismo de la historia y al final jugar con el mismo para cambiarlo incluso de protagonistas, volviendo a citar Psycho recordemos que si bien Marion sigue siendo elemento principal, pero aún así toda la circunstancia del elemento inicial cambia en el Bates Motel.
Como podemos ver; se cumple al pie de la regla el principal requisito del McGuffin; ser un elemento clave argumental que motiva al desarrollo de la historia, pero carece de relevancia en la misma.
Además que puede ser intercambiable, como en esta editorial, que parecía ser un homenaje a la filmografía de Alfred Hitchcock, pero que al final como lo vemos es un homenaje a sus elementos claves en sus miradas, su miedo y sus inspiraciones cinematográficas.
La palabra procede de esta historia, van dos hombres en un tren y uno de ellos le dice al otro: ¿qué es ese paquete qué hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?; el otro contesta: Ah, eso es un McGuffin. El primero insiste: ¿qué es un McGuffin? Y su compañero de viaje le responde…
El cine de Alfred Hitchcock es un hito fundamental en la historia de la cinematografía, sin duda no podemos concebir al género del terror sin el suspense de Alfred Hitchcock; desde la tonada mágica en Psycho, el giro tremendo de Vértigo, las aves demenciales en The Birds; el sentimiento de la desesperación en Rear Window o las claves de la historia del propio Hitch en Nort by Nortwest; recordar a Alfred Hitchcock es recordar porqué amamos el cine.
La mirada de Alfred Hitchcock la podemos definir como el sentimiento de amar el miedo, de sentir el miedo; de vivir el miedo; y qué genial que lo repitamos tanto en un párrafo, pero no podemos pensar en Alfred sin sentir suspenso; y no podemos concebir el suspenso sin el miedo.
Así como el pequeño niño conoció el terror de forma injusta y sin saber porqué; nosotros debemos de seguir esa fiel estela en este día que rememoramos su nacimiento; y siguiendo el elemento McGuffin, debemos de saber hacer las cosas y vivirlas sin el elemento establecido, pese a que nos ayude a desarrollar nuestra historia.
La mirada de Alfred Hitchcock es el miedo, la mirada es el suspenso pero también la vía para llegar a ella es el McGuffin, si bien es clave para el desarrollo, no es el elemento final de nuestro viaje; sea como sea, y parafraseando a Alfred… Buenas noches.
Un McGuffin es un aparato para cazar leones en Escocia. Pero si no hay leones en Escocia, le espeta el primer hombre. Entonces eso de ahí no es un McGuffin, le responde el otro.