Escuchar música provoca un placer especial en el cuerpo, que hace que tu organismo segregue serotonina.
Se ha descubierto que la música, el cerebro y las hormonas están conectadas entre sí.
La relación que existe entre tu cerebro y tu oído es inimaginable; cuando las ondas musicales llegan al cerebro, éste comienza a segregar algunas sustancias que a su vez crean sentimientos de todo tipo; tu estado de ánimo puede pasar por la tranquilidad, felicidad, confusión, tristeza y hasta miedo.
El placer que sentimos al escuchar canciones crea una secreción de dopamina, la cuál se libera con el sexo, dinero, comida y el consumo de drogas. En realidad suena complejo, pero no lo es, aquí te explicamos cómo es que nuestro cuerpo reacciona ante la música.
Este neurotransmisor aparece justo en el mejor momento de la canción, ese instante en el que se estremece el cuerpo y hasta puedes sentir un ligero rush recorriéndote.
El cerebro juega el personaje principal de esta obra, ya que su capacidad de movimiento, coordinación, percepción y audición son solamente algunas de sus múltiples virtudes. Los músicos, por ejemplo, tienen esas partes especialmente desarrolladas, para ellos los dos hemisferios están conectados y su percepción el ritmo es mucho más alta que la de cualquier mortal; pero eso no significa que no podamos disfrutar y reaccionar de una forma especial.
Las personas que se dedican a hacer audiovisuales, dominan todos estos secretos y saben que el cerebro se predispone a entrar en un estado de alerta con los estímulos sonoros y por eso es que saben perfectamente que música de fondo ponerte en cualquier clase de escenas.
Supongamos que estás viendo una película con una melodía de fondo triste, pues evidentemente te vas a poner triste, pero si pones esa misma escena con una música de terror tu cerebro lo va asociar rápidamente con el miedo y la angustia, aunque las imágenes no tengan nada que ver con lo que escuchas.
Otros que dominan ese campo a la perfección son los creadores de comerciales, seguramente te ha pasado que escuchas una canción o melodía horrorosa de alguna promoción y por más que la odias no la puedes dejar de tararear, es como si ella misma hubiera dicho: Aaaah con qué no te gusté, ¡pues ahora toma!
En realidad la canción no tiene nada que ver, todo esto pasa debido a que una parte de nuestra corteza auditiva del cerebro está intentando acomodar la información, para que tenga sentido; el cerebro interpreta que hay espacios incompletos en la melodía y los quiere llenar de una u otra forma, cuando menos te das cuenta estás comprando el producto porque la publicidad literalmente, jugó con nuestra mente.
Por lo regular, no sé si han notado, pero las canciones tristes suelen ser las que más le gustan a las personas, puede sonar extraño, ya que parecería que todas las personas son masoquistas; pero no es por eso.
El amor hacia las canciones que te hacen querer cortar las venas con galletas de animalitos se debe a una hormona que crea el cerebro cuando estamos tristes para generarnos un sentimiento de consuelo y nos sintamos mejor. ¿Qué loco no?
Algo aún mejor es que la música cruza fronteras y une a miles de personas al mismo tiempo, eso es lo que pasa en los festivales y conciertos; al estar un grupo de personas escuchando la misma música, puede estimular las neuronas cerebrales de la misma forma, todos entran en la misma sintonía y es por eso que sientes tanta empatía con el de a lado y hasta llegas a creer que lo conoces desde siempre; simple y sencillamente por una creación de tu cerebro.
La música es todo un viaje, los efectos que tiene ante los humanos, los animales y hasta las plantas es de verdad de impacto. Es por esto que la musicoterapia se ha estado utilizando ya desde hace un par de años en la psicología, gracias a su efecto rejalante. La conclusión a todo esto, es que la música es una de las mejores creaciones de la vida y hay que disfrutarla.
Por último los dejo con este dato impactante, pero cierto: hay gente a la que no le gusta la música y aunque podríamos pensar que es porque están poco cuerdos, no se trata de nada de eso. Tristemente tienen un trastorno que se llama anhedonia musical, y les impide tener cualquier tipo de placer o sensación al estar en contacto con la música.
Gracias al dios de la música mi cerebro está perfecto y amo la música tanto como ustedes; así que les recomiendo amar su oído y aprovechar de toda la música que puedan!
¿A ustedes qué música les provoca todas esas emociones?